domingo, 15 de junio de 2008

Rendimiento del maní crece un 33%

Esta semana concluye la cosecha de maní en Santa Cruz. La buena noticia es que el rendimiento por hectárea creció de 30 a 40 quintales en los valles cruceños, es decir, un 33%.
Nelson Ojeda, técnico de la Asociación Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), confirmó que está por acabar la cosecha de maní y aunque la producción estuvo en promedio de 30 a 35 quintales por hectárea, se ha llegado a más de 40 quintales por ha.
Entre las variedades con mejor resultado están florman, guano de oveja, con mayor superficie sembrada, y colorado grande, estas dos últimas nativas de la zona.
Anapo desarrolló la variedad mairana, que produce más de 40 quintales, según indicaron. En cuanto a precios, a escala del proyecto que ejecutan en los valles, los productores venden a Bs 230 el quintal de maní en vaina. El año pasado estuvo en Bs 160.
“El sistema que tenemos en Mairana está funcionando y un gran volumen del maní cosechado está descascarado, listo para enviarse a la exportadora”, explicó Ojeda.
Los productores de los valles enviarán entre 8 y 12 toneladas a Cochabamba y de ahí será exportado a Europa.
Además de los valles cruceños, el maní también se cultiva en los valles de Tarija, Chuquisaca y la provincia Guarayos.
“Hoy en día, con los proyectos que se vienen ejecutando, ya se avanzó en cuanto al uso de maquinaria, pesticidas, herbicidas premergentes, fungicidas, despicadoras, arrancadoras, volcadoras; es decir, todo lo que era necesario para mecanizar esta actividad”, explicó el presidente de Anapo, Reinaldo Díaz.
El costo de producción se estima entre $us 300 y 500, pero con la implementación de ciertos equipos que han facilitado las tareas para el control de malezas y enfermedades, se ha reducido en algo la inversión en producción. Sin embargo, se incrementó el rendimiento por área, lo que compensa el uso de estos equipos a la hora de vender el producto. Así, con una inversión de $us 500, se puede lograr una ganancia de $us 450 a 500 por hectárea, vendiendo el quintal a Bs 230.
A pesar de esto, algunos productores de la provincia Florida están descontentos con la cotización de Bs 230 y esperan recibir un precio mayor para la próxima campaña, según Juan Carlos Aguilar, poblador de Vallegrande.
En el caso de Guarayos las noticias no son tan alentadoras. Hasta un 50% de la producción de maní disminuyó este año con relación a la gestión pasada, según Ascensio Lavadenz, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores Campesinos de Guarayos.
El dirigente señaló que en años anteriores los pequeños productores sembraban entre cinco tareas y una hectárea, llegando a plantar entre todos alrededor de 500 a 600 hectáreas; sin embargo, en 2008 la siembra no superó las 300 y esto se debe principalmente a tres factores. El primero es que la mayoría de los campesinos ya no quiere saber de siembra por dedicarse a la madera, donde el 90% de la mano de obra está en ese sector.
Otro de los factores es el poco apoyo que se brinda a los productores por parte de las autoridades, no obstante que se ha comprobado que la tierra es apta para este tipo de producto. “Antes las familias guarayas vivían de la producción de maní; esta cultura productiva se está acabando”, explicó Lavadenz.
Y por último, los caminos están en pésimas condiciones y los productores no tienen recursos para la adquisición de semillas.
Consultado al respecto, el alcalde interino de Ascensión de Guarayos, Leonardo Zeballos, indicó que este año no se ha contemplado ningún apoyo a la producción manisera porque los productores no están organizados como ocurre con la producción de arroz.
El mismo argumento fue dado por el subprefecto Daniel Aeguazú, que manifestó que la ayuda económica sólo se ha dirigido al mantenimiento de los caminos.

Anapo mejora genética de sus variedades
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) lleva adelante el programa de mejoramiento genético del maní, a fin de optimizar la calidad y el rendimiento del grano, con miras a alcanzar los estándares competitivos de los mercados internacionales y hacer atractivo al productor el cultivo de esa oleaginosa.
“Ésta es una dinámica que nos caracteriza como sistema productivo”, dijo el presidente de Anapo, Reinaldo Díaz, a tiempo de señalar a la transferencia tecnológica como la principal actividad institucional, la investigación como catalizadora de la evolución agroproductiva del oriente boliviano y las gestiones de precios y mercados a escala nacional e internacional.
El principal problema detectado por los investigadores de Anapo es la inserción de la vaina en la planta, que en muchos casos es débil y difícil de cosechar.
Las variedades que se tomaron como base para realizar los cruzamientos, dijo Marín Condori, gerente técnico de Anapo, provienen de Cochabamba y Chuquisaca (pico de loro), y se han introducido otros materiales como el guano de oveja, que tienen un ginóforo duro (clavo que agarra el maní a la planta).
El Programa de Mejoramiento Genético que lleva adelante Anapo cuenta con diez variedades de maní de buen contenido oleaginoso.
Entre los materiales genéticos que desarrolla el equipo de investigadores se cuenta con 500 líneas, conseguidos luego de cruzamientos de las mejores variedades.

Más de la oleaginosa

Origen. El origen del maní está centrado en la zona sur y central de Bolivia, pero el centro genético primario de estas especies cultivadas se encuentran en Argentina, pasando por el sur de Bolivia, el Chaco paraguayo y parte de Brasil.

Productores. Hoy en día, los mayores productores son EEUU, India y Argentina.

Mercados. Los principales consumidores son Japón, EEUU, China, Tailandia y Taiwán.

Variedades. Anapo está caracterizando cerca de 500 materiales de una colección repatriada desde Argentina. Comercialmente existen menos de diez materiales: bayo grande, overo chiquitano, colorado mediano, colorado grande, carcaña y otros.

Periodo. Hay plantas de las que se cosecha en 90 a 160 días. Se puede tener dos cosechas al año, pero por lo general la siembra es de octubre a noviembre, y la cosecha entre abril y mayo.

Cifras

40
Quintales por hectárea
es la producción que se logró en los valles cruceños

250
Bolivianos por quintal
es el precio que se les paga a los productores de los valles

500
Variedades en investigación
son las semillas repatriadas por Anapo desde Argentina

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