jueves, 23 de octubre de 2008

Exportaciones de oleaginosas cayeron en 15% en esta gestión

Las exportaciones de oleaginosas cayeron por la prohibición y la aplicación de cupos que determinó el Gobierno, que causa un efecto negativo en la economía

Los decretos que prohíben, imponen cupos y restringen las exportaciones causan sobreoferta de productos en el mercado interno, colapsando la capacidad de almacenamiento de granos y genera pérdidas a toda la cadena productiva exportadora, según la Cámara de Exportadores de Santa Cruz.

Entre enero y agosto de este año las exportaciones de aceites vegetales disminuyeron en un 15 por ciento con relación a similar periodo en el 2007, hecho que pone en una difícil situación a toda la cadena productiva del oriente, que se dedica a este rubro.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), esa situación es consecuencia de las políticas restrictivas que impuso el gobierno del presidente Evo Morales y hicieron perder el mejor momento para exportar cuando los precios de la materia prima se encontraban elevados.

Ahora, con la caída de los precios internacionales, debido a la crisis financiera mundial, ya no se podrá recuperar ese escenario favorable y los más desfavorecidos serán principalmente los pequeños y medianos productores.

Otra de las consecuencias que cita el IBCE en este tema es la prohibición de exportación de aceites, y la fijación de cupos que impidieron el normal procesamiento de soya llevando al colapso de los silos, problema que persiste y, por el momento, no tiene solución.

Al respecto, el presidente del IBCE, Ernesto Antelo López, dio cuenta, sobre la base de cifras oficiales del INE, que el volumen de las ventas externas de aceites crudos y refinados sujetos a restricciones de exportación en el país bordearon las 160.000 toneladas entre enero y agosto del 2008, con una disminución del 15 por ciento comparativamente a igual período del 2007, cuando superaron las 187.000 toneladas.

Antelo responsabilizó al Gobierno que impuso las medidas de restricción de las exportaciones mediante la aprobación de varios decretos aprobados.

El primer lugar, fue el DS 29480 del 19 de marzo de 2008 que primero prohibió la exportación de aceites crudos y refinados de soya y girasol.

También se aprobó el DS 29524 del 18 de abril del presente, que sigue en vigencia, y por el cual se deben tramitar “cupos de exportación” que no guardan relación con la dimensión requerida, además de ir condicionados al cumplimiento de “precios políticos” en el mercado interno.

En consecuencia, y tomando en cuenta el descenso en los precios en el mercado internacional, el presidente de la Cadex, Ramiro Monje, afirmó que los pequeños, medianos y microproductores del oriente, principalmente, analizan la posibilidad de suspender la producción de soya, maíz, sorgo y otros granos, la próxima gestión.

El representante aseguró que la situación de toda la cadena productiva del oriente, no sólo de los exportadores y productores, atraviesa por una crítica situación, ya que no existen más silos donde almacenar la cosecha, por lo que gran parte de la siembra de la temporada pasada, se perderá.

La causa es que la mayoría de la producción destinada a mercados en el exterior, no salió del país “por la prohibición del Gobierno de exportar” por lo que aún ese material se encuentra todavía en los silos de almacenaje.

“La situación es demasiado álgida para el sector exportador y productor a tal punto de que para la próxima siembra del grano, los agricultores están viendo la alternativa de no sembrar, porque (para qué) si no va a haber espacio donde recibir (el producto)”, indicó Monje.

VOLÚMENES

Si bien las exportaciones totales demostraron un crecimiento en el volumen, al analizar con más detalles este comportamiento se observa que solamente los productos no renovables como los minerales y los hidrocarburos son los que crecieron mientras que los productos agropecuarios afectados por los decretos de prohibición vieron sus exportaciones disminuidas en 65.544 toneladas con relación a la gestión pasada, señala la Cadex.

Los argumentos que justificaban los decretos prohibitivos se sostenían en afirmar que existía “un desabastecimiento de productos en el mercado interno” y “un manipuleo de los precios de los alimentos”, sin embargo, los hechos demuestran la falsedad de dichos argumentos pues nunca hubo desabastecimiento ni se manejaba los precios arbitrariamente.

En resumen, el sector agroexportador, a raíz de la prohibición de las exportaciones en esta gestión podría perder más de 110 millones de dólares. Asimismo, por el ‘sobreestocamiento’ se pone en riesgo la cosecha de invierno poniendo en peligro 400 mil toneladas de granos, situación que pone en riesgo también la próxima siembra de verano peligrando seriamente la producción agropecuaria del país.

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