domingo, 21 de noviembre de 2010

6 héctareas para el centro de investigación del cacao en Alto Beni

El proyecto “comparación de sistemas de producción de cacao en el trópico de Bolivia” fue implementado para generar datos científicos sobre las ventajas de la producción orgánica de alimentos más naturales y para el desarrollo sostenible de Alto Beni.

En el km 3 de Juan Suapi , área 3 de Alto Beni, en la finca Sara Ana, Julio Ticona, un campesino de la zona, se dedica desde muy joven a la plantación y tratamiento del cacao, el fruto que es materia prima del chocolate.

Ticona es uno de los 13 trabajadores del proyecto que se inició el 2008, con la plantación y comparación de cinco sistemas de producción, orgánicos y convencionales. A veces, fatigado por el extenuante sol, realiza junto a sus compañeros el trabajo colectivo (en una parcela) y después el individual (el deshierbe, el deshoje y otras actividades). Todo con el objetivo principal de contribuir a la agricultura orgánica y al desarrollo sostenible de su región.

La intención de Ticona es compartida por la mayoría de productores de cacao de la zona, pues, según asegura Monika Schneider, representante del principal impulsor del proyecto, el Instituto Internacional de Investigaciones para la Agricultura Orgánica (FIBL), con este proyecto se desarrollarán tecnologías localmente adaptadas e innovaciones para enfrentar los problemas específicos que se dan en la producción convencional.

“A través de la producción orgánica, los alimentos serán más naturales y mejorará la calidad de vida de los productores y consumidores del producto”, apunta. Con esta apreciación está de acuerdo Nemesia Achacollo, ministra de Desarrollo Rural y Tierras, que visitó el centro. La investigación permitirá que las cosechas den frutos sanos y sostenibles para bien de las familias de Alto Beni”, señaló.

Según el presidente del Comité Nacional de Cacao y del Consejo de Administración de la Central de Cooperativas El Ceibo, Abraham Apaza, esta producción lidera la obtenida en todo el país, con 600 toneladas de cacao producidas desde abril a la fecha. “La proyección para marzo del próximo año es producir 800 toneladas, cifra que en similar periodo del 2009 alcanzó 750 toneladas”, estimó Apaza.

Un estudio efectuado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior en agosto de este año, da cuenta de que el potencial del país para producir cacao silvestre (que nace, crece y se reproduce sin la intervención del humano) es cuatro veces mayor a la actual producción, lo que potenciaría aun más la actual exportación.

Este tipo de proyectos impulsados por el FIBL también se realiza en África (Kenia) con cultivos anuales de maíz, frijoles y hortalizas y en Asia (India) con algodón, soja y trigo con organizaciones locales.

En el caso de Bolivia, la Asociación de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), el Instituto de Ecología de la UMSA (IE), la Fundación para el Desarrollo Sostenible PIAF - El Ceibo, la consultora de servicios en temas de desarrollo rural, Ecotop y Proinpa, promocionan y difunden innovaciones tecnológicas para mejorar la seguridad alimentaria, especialmente de familias pobres del país.

El trabajo se realiza a través de un diseño comparativo entre cinco sistemas: el agroforestal orgánico, el convencional, el monocultivo orgánico, el convencional y el sistema agroforestal sucesional (SAFS) que trata de imitar al ecosistema natural del bosque.

Los resultados son transmitidos a los habitantes y productores del lugar, a través de un programa de asesoramiento y capacitación en el cultivo de cacao, bajo sistemas agroforestales. Éstos se basan en la instalación de viveros, métodos de injertación, podas de formación y la poscosecha.

Las 40 hectáreas ubicadas en la finca Sara Ana, fueron donadas en un contrato de comodato (contrato por el cual una parte entrega a la otra gratuitamente una especie, mueble o bien raíz, para que haga uso de ella, con cargo de restituirla después de terminado el uso, en este caso, luego de 20 años) por la Fundación El Ceibo.

La FIBL aportó con el acondicionamiento del campamento experimental, equipos traídos desde Suiza. Destacan el trabajo del asesor Joachim Milz y del responsable técnico de la finca, Germán Trujillo; además del aporte de los 13 campesinos que trabajan en las plantaciones.

Francisco Reynaga indicó que el predio en cuestión, corresponde a las 49 cooperativas que conforman la fundación; compuesta por 3.600 productores. Estas personas son las más interesadas en aprender sobre el uso de nuevas y mejoradas tecnologías para realizar su trabajo y mejorar su alimentación.

“Están ofreciendo un servicio para los estudiantes y profesionales que quieren seguir investigando sobre la producción ecológica, de momento en el cacao, y para otros productos en el futuro”, subraya Reynaga.

Respecto a la participación del Instituto de Ecología (IE) en el proyecto, es como un centro de investigación científica y formación universitaria, que depende de la carrera de Biología de la Facultad de Ciencias Puras y Naturales, de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

El IE y otras universidades privadas de La Paz, apoyarán a sus estudiantes de estas carreras para la elaboración de tesis de grado, maestrías y doctorados, en coordinación con sus similares de Suiza y Alemania.

Al respecto, el docente de sistemas agroforestales de la Carrera de Ingeniería Agronómica de la Universidad Católica Boliviana (UCB), David Ojeda, indica que el interés y participación de los estudiantes en esta clase de proyectos es cada vez mayor.

“El FIBL y El Ceibo nos abren las puertas para que el estudiante realice su investigación y pueda hacer aportes a la sociedad”, comenta el docente.

A partir de la inauguración del campamento, los estudiantes nacionales y extranjeros que estén interesados en visitar y trabajar en el proyecto, podrán hacerlo, cumpliendo con los requisitos que demande su casa superior de estudios y con una solicitud escrita a las instituciones que promueven el proyecto, a nivel nacional e internacional.

“Los extranjeros tienen mucho interés de conocer nuestras riquezas, no en vano es que nuestro país es catalogado como el de mayor biodiversidad de flora y fauna”, subraya Ojeda. Para Monika Shneider del FBL, el haber trabajado con la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, que cuenta con el Herbario Nacional y la Colección Boliviana de Fauna, también trajo otras ventajas para la investigación.

“Los profesionales extranjeros que hasta hoy nos visitaron encontraron una gran biodiversidad de plantas y 160 especies de aves y piensan que con el tiempo, descubrirán 250 ó 300. La pregunta es, si los cultivos de cacao crean o no buenas condiciones para el desarrollo de estas especies”, señala.

Proyecto. El terreno donde se realiza el ensayo internacional estaba constituido por un barbecho alto de 20 años, tipo tacuaral, caracterizado por la especie frecuente bambú nativo. Los primeros productos cultivados en él fueron el maíz y la leguminosa canavalia, éstos sirvieron para evaluar la homogeneidad del suelo y detectar problemas en las parcelas.

La información y los resultados de los análisis del suelo y el estudio de las calicatas fueron útiles para definir el diseño del ensayo. Los tratamientos fueron distribuidos al azar.

Actualmente están plantadas 24 parcelas que miden 48m x 48m (2.304 m2). En el centro hay una de muestreo, donde se registran datos sobre el manejo agronómico del cacao: mano de obra, insumos, desarrollo, rendimiento, cosecha de plátano y parámetros de suelo y biodiversidad.

Cada sistema de producción representa un tratamiento, que se repite en cuatro parcelas, en las 12 variedades de cacao plantadas.

Patricia Murrio, del IE de la Unidad de Suelos, al respecto indica que, los estudios realizados hasta el momento reflejaron que los suelos del sector no son pobres, puesto que tienen un PH por encima de seis. “No hay problemas de existencia de aluminio y su característica principal es que el agua que circunda el terreno (del río Alto Beni) va a tender a filtrarse en él rápidamente”, aclara la profesional.

Más datos acerca del campamento

Obra
Consta de seis cabañas en las que los técnicos y trabajadores descansan, un aula de capacitación, un comedor y baño común. La característica de las construcciones son los techos de ‘jatata’ y pisos de cemento, ideales para combatir el calor en esa región.

Puntos de vista

Julio Ticona
“Trabajamos de sol a sol, de lunes a viernes”
“Nuestra ventaja es aprender a vivir con el ecosistema sin dañarlo; antes era muy diferente porque sólo era monocultivo y ahora estamos aprendiendo técnicas agroforestales que nos ayudarán a emprender nuestro propio negocio”.

M. Schneider
‘En tres años mostraremos resultados’
“Los obreros, técnicos y especialistas están trabajando en condiciones difíciles, pero luego de tres años, podremos mostrar el resultado de los estudios y queremos que se multiplique esta iniciativa”.

N. Achacollo
“Que sea un alimento sano y sostenible”
“Si estamos de acuerdo en que se hagan investigaciones a través de los institutos que son nuestros brazos para producir, nuestra obligación es hacer que el producto sea un alimento sano y sostenible”.

Joachim Milz
“Podría cambiar la forma de cultivar”
“Aunque las condiciones físicas y de infraestructura son diferentes, los resultados que se van a generar aquí tendrán relevancia internacional, debido a que podría cambiar la forma de cultivar”.

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