lunes, 20 de febrero de 2012

Tecnologías ancestrales en tierras bajas de la amazonía

Mario Ávila Suárez propietario de la hacienda Ceilán junto a técnicos. GALERÍA(2)

Las tierras bajas que corresponden a las zonas agroecológicas de la llanura tropical amazónica de Bolivia, están caracterizadas por inundaciones estacionales y formación de lagunas por exceso de agua en la temporada de lluvias, y en los últimos años sequías extremas; estos fenómenos se han exacerbado como consecuencia del cambio climático global. En relación a los peores contaminadores del mundo (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y China) Bolivia es responsable sólo del 0.01% de la emisiones globales, sin embargo sufre las mayores afectaciones por el cambio climático.

En este contexto, desde tiempos ancestrales, nuestras culturas ancestrales que habitaron y se desarrollaron en la zona amazónica de Bolivia fueron civilizaciones hidráulicas, con avanzados conocimientos de ingeniería para contrarrestar los excesos de agua, y algunas de las técnicas ancestrales desarrolladas para contrarrestar los riesgos climáticos en las tierras bajas fueron los sistemas hidráulicos de camellones, lomas, canales y terraplenes, que constituyeron impresionantes sistemas de drenaje a gran escala, asociadas a lagunas artificiales y al establecimiento de los asentamientos humanos en las partes altas de monte islas y lomas naturales.

Los Sistemas hidráulicos Ancestrales, se constituyeron en colosales obras de ingeniería hidráulica, que fueron creadas por las civilizaciones amazónicas ancestrales, para controlar las inundaciones frecuentes y también las sequías esporádicas. Fueron construidas en grandes extensiones inundables de la llanura tropical amazónica, constituyendo auténticos sistemas de drenaje y aprovechamiento agrícola y piscícola de zonas inundables o saturadas de agua. Restos de estas infraestructuras están dispersas en más de 400 mil Km2, en los llanos amazónicos de Moxos en el Departamento del Beni.

Los camellones amazónicos, fueron plataformas de tierra construidos por encima del nivel de inundación de 1 a 2 metros, y de extensión y formas diversas, que permitían la producción de alimentos en zonas inundables, con técnicas de cuidado de la capa arable de los camellones mediante la aplicación de abonos orgánicos preparados con los vegetales y plantas acuáticas caso del taropé, presentes en los canales de agua circundantes; estas prácticas de manejo del suelo, del agua y de los cultivos corresponden a una agricultura sofisticada. Los camellones amazónicos son infraestructuras parecidas a los sukakollus del altiplano, por la presencia de canales periféricos alrededor de los camellones.

Las lomas artificiales son gigantescos promontorios, con alturas iguales o mayores a los 20 metros sobre el nivel de base local, que requirieron movimientos de tierras equivalente a 3.5 millones de m3 en cada una, siendo destinados a centros ceremoniales, cementerios, asentamientos humanos y centros de producción y preservación de semillas, posiblemente también como centros de salvataje y pernocte de personas en situaciones de inundaciones extremas. Algunas lomas de gran tamaño, presentaban plataformas piramidales, lo que permitía los asentamientos de viviendas y la siembra de cultivos diversificados, se comunicaban con los camellones y con otras lomas mediante terraplenes y por vía fluvial.

Los terraplenes fueron una especie de plataformas angostas de cientos de kilómetros de longitud, que servían de vías de paso y comunicación entre lomas y asentamientos, y también como diques de contención y direccionamiento del flujo de las aguas durante la época de inundaciones.

Los canales hidráulicos de cientos de kilómetros de extensión, formaron parte de los sistemas de redes de drenaje a gran escala, que articulados entre sí, permitían la evacuación de las aguas, la navegación y comunicación fluvial, el transporte de productos y la realización de otras actividades como la piscicultura.

Las lagunas artificiales geométricas, fueron construidas manualmente y con la inversión de grandes cantidades de mano de obra, donde se criaba y albergaba a los peces y plantas acuáticas (caso del taropé), utilizadas en la alimentación y elaboración de abonos orgánicos.

Los asentamientos en las partes altas, formó parte de la concepción de las culturas ancestrales de la amazonia, por lo que definieron la ubicación de sus viviendas y de los asentamientos poblacionales en zonas altas naturales y artificiales (Lomas y los monte islas) para evitar los peligros de las inundaciones y dar cierta seguridad a las familias frente a los desastres cíclicos provocadas por las inundaciones estacionales en la llanura tropical.

Kennet Lee (1977) señala que en este sistema trabajó una enorme población, y se desarrollo entre los años 1000 a 500 A. de C. para perderse alrededor del siglo XII de nuestra era, constituyendo una civilización precolombina hidráulica, que controló las inundaciones cíclicas y las sequías, para un área de cultivos estimada en 50 mil Km2, como esta cultura amazónica aparentemente no conoció los metales ni la rueda, sus obras civiles debieron realizarlas solo con esfuerzo manual.

Por su parte Pinto Parada (1987), señala que una tinaja desenterrada en 1920 en el Beni, presenta un dibujo de la organización social de esta civilización hidráulica, con hombres jalando cuerdas, que en un extremo arrastran cueros con montones de tierra.

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