domingo, 18 de marzo de 2012

Tarija: del sabor de la uva al aroma del singani y el vino

Al promediar el medio día emprendemos el camino al Valle de Santa Ana, a unos 18 kilómetros de la ciudad de Tarija donde existen viñedos extensos.

A unos 15 minutos de viaje en vehículo desde la ciudad de Tarija se encuentran las bodegas de Singani Casa Real, un camino adornado con algarrobos y molles, propios del lugar, guían hasta la zona del Valle de Santa Ana. Los molles recuerdan la antigua forma de cultivar uvas en los denominados mollares, antes las plantas de uva se enredaban en los molles que eran como sus tutores.

Como un espectador la serranía observa desde el Norte la actividad en los viñedos ubicados en terrazas.

Al llegar a las bodegas de Casa Real, de apropiedad de la familia Granier, en el ingreso se presentan los viñedos a los lados del camino de ingreso, resguardados por rosas que además de adornar el lugar son las “mártires” del viñedo. Lo que se muestra como ornato es también la planta que por naturaleza es atacada por el pulgón antes que las uvas, por lo que cuando el rosal sufre el ataque de la plaga los expertos preparan la defensa del viñedo.

Los viñedos de Casa Real y Campos de Solana tienen uva plantada en alrededor de 165 hectáreas de las que el 70 por ciento es de la variedad Moscatel de Alejandría considerada “la uva reina de Tarija” y que está destinada a la elaboración del singani.

SÓLO EN BOLIVIA El singani es una bebida que se elabora sólo en Bolivia y sus orígenes se remontan a la época de la Colonia. Además, el singani “no caduca nunca” a diferencia del vino que tiene límites de guarda.

Según explican los Granier cada año procesan entre 7 y 8 millones de kilos de uva.
LA PRODUCCIÓN Los camiones cargados de uvas jugosas, como el del presidente de la cooperativa La Angostura, Gualberto Quispe, llegan hasta las bodegas. La uva jugosa color verde se deposita en la moledora que es el equipo que con el pasar del tiempo ha sustituído la práctica de extraer el jugo pisando la uva. Casa Real ya comenzó con tecnología pero durante la vendimia recuerdan en la celebración la antigua práctica.

El gerente de producción de Casa Real, Luis Pablo Granier, es el guía en la visita a sus viñedos y bodegas.

Las antiguas instalaciones son ahora un sitio turístico donde Casa Real ofrece souvenirs. Luis Granier dice que al día reciben 30 visitas.

Una vez que la moledora separa el jugo de los racimos se mide con un mostímetro para conocer el grado de azúcar y así determinar los precios de cada cosecha. En este caso, la uva de los viñedos de la cooperativa lograron 10,2 grados y es considerada de calidad aunque también es común superar los 13 grados.

La altura de más de 1.800 metros sobre el nivel del mar en la que se encuentran los cultivos, los rayos solares, el clima son parte de los aspectos propios del buen vino y los singanis de estos viñedos.

Aunque existen variables que no se pueden controlar como los aspectos climatológicos como el granizo. Desde el punto de vista de los propietarios tener un seguro para el cultivo no es tan conveniente cuando el granizo general se presenta según sus estudios una vez cada nueve años en la zona. Este 2012 se registró una granizada que afectó en más o menos un 10 por ciento la producción, pero el hecho no es considerado grave.

Durante la época de la vendimia, cada camión traslada cosechas en promedio de 180 quintales de uva. La moledora comienza a sonar y nos adentra al mundo del singani, entre aromas de la uva natural y cálidos ambientes. Los bodegueros ayudan a descargar la uva. Y ahí apenas comienza el proceso entre sabor y aromas.

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