Productores soyeros de San Julían, en Santa Cruz, advirtieron ayer con tomar las válvulas de gas y con cerrar rutas internacionales si el Gobierno no fija precio justo para la comercialización de soya, según reportes de radio Fides.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dijo que se trata de un “pequeño grupo” de productores que quiere que suba el precio de la soya que se paga a los productores; cosa que el IBCE “desaconseja”, considerando el precio del mercado internacional, cuya tendencia es a la baja, y el incremento de los costos de logística.
Explicó que el hecho de que la soya boliviana tenga que competir por espacios en puertos ajenos y el incremento en el costo de los fletes, “hace difícil que el pedido pueda ser atendido”.
“El IBCE desaconseja que se pueda fijar precio de compra porque ocasionaría distorsiones en el mercado, sobre todo porque los silos están al borde del colapso. En todo caso, la solución tiene que ser por la vía de las fuerzas del mercado”, explicó y añadió que históricamente el sector productivo y agroindustrial de la soya siempre pudo ponerse de acuerdo respecto a las inflexiones del mercado.
En todo caso, dijo, el IBCE sugiere que se liberen las exportaciones, tanto de grano de soya como de sus derivados y que se establezca una agenda público-privada para trabajar en la mejora de la logística, que es lo que disminuye la competitividad de la soya boliviana.
Entre las razones para el actual conflicto señaló que hay muchos productores y poco espacio para almacenar el producto. Dijo que si bien hay que reconocer que el Gobierno flexibilizó la administración de cupos y que extendió permisos de exportación hasta fin de año, eso no es suficiente.
“Hay que trabajar en los factores que restan competitividad en la cadena logística, lo ideal sería que exista liberación plena (de las exportaciones) y no sólo temporal”, insistió.
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