martes, 23 de julio de 2013

Un proyecto busca potenciar producción de especies en Zongo

Un proyecto ambicioso identificó en la región de Zongo tres especies Rubus, o mora silvestre -una planta que crece en forma salvaje en ese territorio- para impulsar su producción sostenible a través de alternativas sobre el uso del agua para el riego en la época seca del año. Una segunda fase propone enfocarse en el cultivo del cacao en la zona de San Juan de Kelequelera.

Fue la investigadora boliviana y estudiante de doctorado en el Departamento de Biología de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) en España, Veriozka Azeñas, quien concibió el proyecto y seleccionó el área de Zongo para su investigación por tratarse de una región muy deprimida económicamente: un 94% de su población está por debajo del índice de pobreza.

Una vez iniciado el estudio se identificaron las especies a las que se podía dar un impulso productivo y que éste sea sostenible al aplicar una metodología de riego, mejorando así la economía de sus habitantes.

“El género ( Rubus) fue escogido pues en consultas previas a los pobladores de la zona del valle medio de Zongo manifestaron que sería interesante poder aprovecharla para la elaboración de mermeladas o esencias que se puedan ofertar a los turistas. Por otro lado, el personal del Herbario Nacional de Bolivia, con quienes trabajamos en el proyecto, la consideraron interesante para la investigación científica dada su sencilla reproducción en invernadero”, explica la investigadora que actualmente se encuentra en España.

Dicho estudio fue aprobado y financiado en el marco de la cooperación internacional de la IX convocatoria de la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad, y el gobierno de la provincia de las Islas Baleares, en España, para la ejecución de proyectos enfocados a la investigación para el desarrollo, el impulso de actividades productivas y formación y capacitación para países en vías de desarrollo.

Migración y cambio de rumbo

Zongo tiene tres pisos ecológicos: la parte alta, en la montaña, donde el suelo no es cultivable; una segunda, que es el valle; y una tercera, conformada por el trópico.

Después de una revisión bibliográfica intensa y una encuesta/censo realizada a los pobladores, apoyados por el Herbario Nacional, la ONG Asociación Boliviana para la Conservación de Especies Andino-Amazónicas (ACCEA) y el gobierno municipal de La Paz, se logró obtener las opiniones de 113 familias en nueve comunidades.

Más del 50% de la población de esta región está concentrada en tres comunidades de Zongo Trópico.

“Uno de los principales aportes del censo fue identificar los efectos de la migración campo-ciudad en el distrito, evidenciando que este fenómeno demográfico disminuye en la población residente en las diferentes comunidades de Zongo. Ello se manifestó en abismales diferencias en grado de interés, propuesta de iniciativas y predisposición comunal de participar en actividades de desarrollo sostenible”, sostiene la investigadora.

Por un lado, según se explica, las familias de la zona altiplánica y valle se vieron reticentes y desconfiadas a participar en el estudio y brindar información. Por otro, se evidenció que otras familias no vivían en las poblaciones y habitaban esporádicamente sus viviendas y, finalmente, que hay zonas en donde algunos habitantes tienen dos representantes, pues dicen no pertenecer al municipio de La Paz, sino a Larecaja.

Dicha situación llevó a los investigadores a considerar a una sola comunidad, la de San Juan Kelequelera y sus cultivos de cacao para una segunda fase del proyecto por ser la más organizada y haber mostrado mayor interés en un desarrollo económico que cuide sus recursos naturales.

El cacao y su interés

Así se enfocó el interés en el cacao producido en la población de Kelequelera y se reorientó el proyecto inicialmente planteado porque en esta comunidad no existen restricciones hídricas, ya que sus sembradíos se encuentran, en su mayoría, cerca de las orillas del río Coroico.

Se identificó este fruto como la especie potencial para el desarrollo económico de la zona y porque sus habitantes expresaron la necesidad de apoyo en este campo e interés por recibir capacitación en cuanto a su producción y manejo sostenible.

El interés de los comunarios, según expresa el estudio, se basa en los altos precios del producto en el mercado y su alta demanda en la región. Sin embargo, como sus recursos y conocimientos con respecto a este producto son limitados, los esfuerzos invertidos en su producción no dan los beneficios esperados.

“El principal problema de los comunarios es que no saben administrar los cultivos, mejorarlos y finalmente sacarlos al mercado. El diagnóstico nos permitió identificar esos puntos débiles para trabajar sobre ellos”, dice el investigador de la ACCEA, Habram Poma.

Asimismo, Poma señala que los comunarios tienen productos como el plátano o cítricos pero no los pueden sacar de la comunidad por falta de transporte, de una buena carretera y de un mercado fijo.

Para la investigación se ha solicitado un nuevo financiamiento en la convocatoria 2013-2014 ante las mismas instituciones. En tanto, el Herbario Nacional continúa trabajando con las tres especies de Rubus.

“Los pobladores quieren aprovechar la mora silvestre para la elaboración de esencias y mermeladas para ofrecerlas a turistas”.
Veriozka Azeñas, investigadora


“Los comunarios tienen productos como el plátano o cítricos pero no los pueden sacar de la comunidad por falta de transporte”.
Habram Poma, ACCEA


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