viernes, 27 de septiembre de 2013

MOLINERAS SE REDUCEN POR FALTA DE INSUMOS

Las empresas molineras que operan en Bolivia sólo emplean entre el 28 y el 30% de su capacidad debido a la falta de su principal insumo: el trigo. Esto no sólo obligó a cambiar de rubro a este tipo de emprendimientos, sino que redujo el número de las mismas de 18 a 13 en los últimos trece años; nueve se encuentran en el occidente y cuatro en el oriente.

De acuerdo con un informe de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), los molineros del país deben enfrentar otro problema que es la compentencia argentina, que fue, hasta hace algunos meses atrás, el principal proveedor de harina y trigo, pero debido a decisiones internas de ese país, se suspendieron las exportaciones, ante la situación el Gobierno boliviano se ve obligado a comprar trigo de Estados Unidos para mantener la subvención al pan de batalla.

ETERNOS PROBLEMAS. Recientemente, la CNI difundió su revista Industria, en el que hacen conocer los problemas por los cuales está atravesando el sector molinero del país. El gerente General de la Asociación de Industriales Molineros (ADIM), Juan Torrez, considera que una mayor producción de trigo es “muy importante para que la industria molinera se dedique a moler el trigo nacional, ya que en el país tenemos una industria que puede atender la demanda interna de trigo que está por las 740 mil toneladas. La industria molinera del país fácilmente puede llegar a moler 640 mil toneladas”.

Las políticas que se impusieron en el país en los últimos 30 años, no incentivaron la producción de trigo y más bien generaron un déficit. El incremento del rendimiento de 749 kilos por hectárea en 1996 a 1.111 kilos en 2006 no cambió este panorama, más bien empeoró, debido a que desde 1955 a 1986, un 90% de la ayuda alimentaria que recibía el país provenía del programa PL-480, basado en donaciones de trigo y harina de Estados Unidos. En los últimos 13 años, las empresas molineras se redujeron, obligando a muchas de ellas a cambiar de rubro, "muchas se han convertido en fábricas de fideos y a falta de trigo tuvieron que importar harina para proveerse, mientras que otras se dedicaron a la transformación de otro tipo de cereal como la avena". Torrez considera que el Gobierno debe fortalecer los programas de producción de trigo, para reducir la capacidad ociosa que tienen, porque además deben enfrentar la competencia desleal que genera la internación de harina proveniente de Argentina, al que se suma el ingreso de harina vía contrabando.

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