domingo, 16 de febrero de 2014

GRANJA MODELO DE PAIRUMANI  Pionera en el respeto a la Tierra

Política medioambiental. La hacienda creó un sistema de métodos biológicos naturales que garantiza la calidad de sus productos; manteniendo el equilibrio entre la naturaleza y los seres vivos.

A partir de las cuatro de la mañana se inician las actividades en la Granja Modelo de Pairumani. A paso lento unas 110 vacas dejan sus establos y van camino a la sala de ordeño, donde se quedarán una hora y media acompañadas por la música de la radio y los trinos de las aves que anuncian la llegada de un nuevo día.

Una a una las tetillas de las vacas son limpiadas y desinfectadas para controlar la higiene durante el proceso del ordeño.

Los equipos de succión son hábilmente colocados en los pezones y comienzan a funcionar sin hacer daño al animal y para hacer más agradable su estancia; los cuidadores les proporcionan infusiones de hierbas que las mantienen ocupadas y calmadas durante su tiempo de ordeño.

Se estima que cada vaca provee unos 22 litros de leche por día, es decir un promedio 2.000 litros por día. Toda esta producción sale al mercado interno de Cochabamba.

La granja Modelo de Pairumani de la Fundación Simón I. Patiño es pionera en la producción de leche biológica de alta calidad y de productos lácteos derivados como yogur y quesos frescos.

Y es que todas las actividades de la Granja se basan en la relación y el cuidado que se debe proporcionar al ciclo suelo-planta-animal; esta cadena sigue los métodos biológicos naturales, convirtiéndola en un centro de referencia agroecológico del país.

LA GRANJA

Esta granja es un centro de referencia de la raza bovina lechera frisona Holstein y además un modelo del cultivo agrobiológico que respeta el medio ambiente.

El director administrativo y de planta, Hugo Maldonado, señala que este modelo encierra toda una filosofía de pensamiento y acción.

La cadena de producción se inicia con el área de cultivo de tierras de la hacienda. “La superficie de la granja es de 500 hectáreas, de las cuales 200 están destinadas a cultivos. Del total, el 60 por ciento de la tierra está destinada al cultivo de maíz y el 40 por ciento restante al cultivo de alfa alfa, avena, linaza y otros alimentos complementarios para el ganado”, explica.

De acuerdo a Maldonado la metodología de trabajo que se emplea, en el campo de la agricultura orgánica, es considerada como pionera en Latinoamérica.

“Las tierras en las que se cultiva el alimento del ganado no utilizan abonos de síntesis, -los cuales son altamente sulfatados, nitrogenados o con amoniaco. En su lugar se recoge todo el residuo solido del ganado y se hace compost. Una vez finalizada la época de maceración este producto es utilizado para abonar la tierra; de esta manera se garantizan los nutrientes”, añade Hugo Maldonado.

El mismo modelo se aplica en el área del reino vegetal, pues no usan plaguicidas, pesticidas y químicos de síntesis.

La Granja tiene la facultad de generar sus propios agentes de fumigación con los que controlan las plagas, enfermedades y los hongos en los cultivos. Finalmente, el cuidado del ganado vacuno también sigue un proceso exigente de control, para mantener el ciclo de equilibrio y convivencia con la naturaleza.

Para mantener el ciclo de trabajo, la granja cuenta con 60 empleados. La mayoría dedicado a la agricultura, un segundo grupo al sector de ganadería, para el control del ganado y atención en los aspectos sanitarios y técnicos; finalmente la planta de lácteos cuenta con siete personas calificadas.

DE BECERROS A VAQUILLAS

Hugo Maldonado señala que el cuidado de la raza bovina lechera frisona Holstein comienza desde la concepción, porque aunque cuentan con un semental, llamado “Veloz”, -cuyo peso asciende a unos 800 kilogramos y que desprende feromonas al ambiente para estimular y cuidar los ciclos de celos en las vacas- solo el 20 por ciento procede de monta natural, pues la Granja prefiere trabajar con inseminaciones artificiales, muestras que adquieren de Canadá o Colombia.

“El proceso de inseminación está acreditado por la Asociación del Criadores de la raza Holstein de Bolivia (ACROBOL). Las vacas viven hasta 13 años y tienen un nivel aceptable de ocho alumbramientos, porque se respeta al animal”, asegura Maldonado.

Una vez que pasan los nueve meses de gestación las vacas son separadas para su alumbramiento. En el sector de maternidad la vaca se queda junto a su becerro una semana y luego se los separa en cubículos ergonómicos, -que siguen la modalidad de rebaño- por un mes. Este modo de crianza les permite congeniar y socializar con su especie en condiciones naturales.

En este periodo los becerros son alimentados con el calostro de la madre, mezclado con manzanilla y miel de abejas. Este alimento diario fortalece su organismo para salir a los establos y ahí soportar las inclemencias del tiempo.

Actualmente, la Granja Modelo de Pairumani cuenta con 240 cabezas de ganado, de las cuales 110 vacas se encuentran en etapa de producción. El resto está dividido en varios ambientes, -terneras de 6 a 12 meses, de 13 a 24 meses y las vaquillonas que ya pueden ser reproductoras-. Estas últimas aun gozan de paseos a campo traviesa, pero cuando ingresan al ciclo de producción lechera ya no dejan el establo.

“Para obtener una buena producción de leche, la vaca debe estar tranquila, por eso ya no sale, pues hasta un bocinazo la puede estresar y esto daña la cadena de producción o puede producirles mastitis”, afirma Maldonado.

LECHERÍA

En 1917 la Granja dio los primeros pasos en la lechería. Las primeras cabezas fueron de raza criolla, pero en aquel entonces Simón I. Patiño adquirió 600 cabezas de la raza bovina lechera frisona Holstein; a partir de entonces esta especie se extendió al país.

En 1927 se creó la primera planta de leche de Bolivia y es a partir del 2000 que se inició el cambio hacia una granja orgánica. El 2003 la Granja Modelo de Pairumani sacó al mercado los primeros envases de leche, yogur y queso, logrando hacerse de un mercado de consumo interno muy importante.

El director administrativo y de planta, Hugo Maldonado, afirmó que la Granja obtuvo la certificación internacional de Granja Orgánica, que permitirá etiquetar sus productos con la denominación de productos agro biológicos, una acreditación que le podría permitir sacar su producto a la Comunidad Europea; aunque esa alternativa no está en sus planes.

“No tenemos la capacidad de producción para exportación, pero además tenemos la filosofía de que estamos creando un producto hecho en Bolivia, por bolivianos y para el consumo de los bolivianos”, asegura Maldonado.

En Latinoamérica hay pocos productos con las características de la leche Pairumani.

La Granja Modelo de Pairumani tiene dos momentos de ordeño, a las 4:00 a.m. y a las 16:00. La leche extraída se comienza a procesar con 10 horas de diferencia.

A partir de ese momento el Jefe de Planta analiza los requerimientos del mercado, en cuanto al tipo de producto que tiene mayor demanda.

Los productos de alta calidad biológica que se comercializan, principalmente derivados lácteos son: leche, yogur bebible, sin azúcar o con frutas naturales, de frutilla, manzana, durazno, piña y coco, y queso semimadurado. Todos están libres de agentes químicos de síntesis.

De igual manera hay que recordar que la Granja participa en el programa gubernamental Subsidio Prenatal y de Lactancia Materna, ofreciendo a las futuras madres subvenciones para el consumo de leche y de productos derivados durante los tres últimos meses de la gestación y hasta un año después del nacimiento del bebé.

COMERCIALIZACIÓN

Actualmente, los productos de la Granja se comercializan a nivel departamental, pero se está tratando de llegar a otros mercados. Es que la cadena de respeto a la naturaleza culmina en el cliente, quien debe recibir un producto de calidad.

“Los productos no cuentan con agregados químicos ni conservantes, esta es la única forma de mantener la calidad del producto”, dice Hugo Maldonado.

La cadena de frío es uno de los motivos para que el producto no sea comercializado masivamente, tanto en el departamento como a nivel nacional.


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