jueves, 5 de junio de 2014

Hongo blanco, el enemigo del girasol

El hongo blanco es causado por el hongo Sclerotinia Sclerotiorum, una de las enfermedades más destructivas que afecta al girasol. Este hongo infeccioso se mueve rápidamente y puede matar un girasol dentro de las dos semanas de haber invadido a la planta.
También conocido como moho blanco entre los productores girasoleros, representa una gran amenaza para su sembradío dado que de infectarse el cultivo, esta voraz enfermedad arrasa con todas las plantas además de al terreno hasta por ocho años.

El girasol es una planta anual de grandes proporciones.
A pesar de ser poco ramificada tiene un tallo grueso y macizo que le da ventaja frente a los fuertes vientos. En Santa Cruz, la producción se ve amenazada por un hongo resistente a los fungicidas. El ingeniero Juan José Lagrava Sánchez, coordinador de Sanidad Vegetal de la Dirección de Sanidad Agroalimentaria de Santa Cruz, cuenta que este hongo viene dañando hace años los cultivos de girasol en el departamento y que a pesar de no tener un método de cura efectivo se  puede prevenir. Así mismo indica cómo reconocer la enfermedad, qué medidas tomar ante esta infección y brinda información que ayuda al productor a cuidar su cultivo.

Reconocimiento. Esta enfermedad inicia con la aparición de un micelio blanco algodonoso del hongo en el frente del capítulo, es el primer signo de la presencia. Días más tarde pueden verse manchas de color marrón claro localizadas en la parte trasera del receptáculo. Estas manchas tienen de 3 a 7 cm de diámetro y en ellas un dedo puede introducirse fácilmente (pudrición blanda). Si la enfermedad avanza los síntomas de la podredumbre pueden abarcar todo el capítulo y provocar la caída total o parcial, dejando en la parte superior del tallo solo fibras aisladas en forma de escoba. El patógeno también puede infectar la semilla y sobrevivir como micelio (hebras similares a hilos del hongo) en la cubierta de la semilla, pero estas semillas infectadas no son importantes como modo de expansión del hongo.

Signos tempranos.
Cuando un girasol es infectado con el hongo Sclerotinia sclerotiorum se forman lesiones en las hojas de la planta, tallos o pétalos. En las hojas estas lesiones aparecen verde oscuras y grasosas o mojadas al principio. En los tallos el color de las lesiones puede variar de blanco brillante a marrón oscuro. En áreas de mucha humedad se evidencia un moho blanco de textura suave. Estos crecimientos aparecen usualmente en la primera semana de exposición al hongo.

Progresión de la enfermedad. Las lesiones del girasol se volverán negras y se endurecerán cuando la infección se torne más severa. Esto pasa usualmente dos semanas luego de la infección inicial. Una vez que el crecimiento aparece negro se les llama “esclerocia”. Como el hongo va cubriendo la planta, el girasol se va tornando negro por las lesiones. El tallo comienza a debilitarse y la planta entera muere. Inicialmente el hongo afecta a uno o dos girasoles en un área pero puede diseminarse rápidamente por las plantas circundantes una vez que este llega al suelo y es absorbido por las raíces de las otras plantas. El hongo puede sobrevivir dentro del suelo hasta por ocho años sin entrar a la planta huésped.


El ciclo del hongo. El Sclerotinia sclerotiorum aparece como un cúmulo de pequeños hongos cuando vive en el suelo. Sobrevive en climas fríos y húmedos. Estos pequeños crecimientos semejantes producen cientos de esporas microscópicas que se liberan en el aire. Estas pueden ser llevadas por el viento por más de un kilómetro antes de llegar a algún pedazo de tierra donde gestarse. El hongo usualmente invade el tejido de plantas enfermas o decaídas al principio, luego lo hará con el resto del  girasol.

Tratamiento. Lagrava asevera que no hay un fungicida que combata esta plaga.   Y aunque no se puede curar la planta,  se puede prevenir simplemente con una buena rotación de cultivo.  Otra manera de prevenirlo es desmalezando el terreno puesto que muchas de estas plantas sirven de huésped y pueden contagiar a los girasoles.
"“Este hongo viene dañando desde hace mucho tiempo, por eso se aconseja rotar los cultivos como un buen preventivo”

Ing. José Luís Lagrava
Coordinador de Sanidad Vegetal de la DSA.

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