martes, 19 de mayo de 2015

El 75% de los suelos necesita “muletas” para poder producir



La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), declaró este año 2015 como el Año Internacional de los Suelos, resaltando la importancia de éstos para producir alimentos saludables, combatir y adaptarse al cambio climático, además de conservar y filtrar agua, entre otros aspectos esenciales para la seguridad alimentaria y un futuro sostenible.

Noemi Stadler-Kaulich, de la organización Naturefund, es una experta alemana que vive en el país desde 1978 y admite tener “el corazón bolivianizado”. En esta entrevista exclusiva con El País eN ella informa sobre la situación de los suelos en Bolivia y brinda una profunda explicación de lo que se puede hacer y lo que ya se está haciendo para mejorar los suelos, el medio ambiente, la alimentación y la calidad de vida de los bolivianos.

El País eN (EP). ¿Podrías hacer un balance de las principales tendencias del estado de los suelos en el país?
Noemi Stadler (NS). Según lo que observo, viviendo en el campo y por mis viajes en todo el país, la situación es alarmante. Estimo que en Bolivia un 75% de los suelos utilizados para la agro-producción está tan degradado que necesita muletas para producir, por ejemplo el abono químico.
Dado que este abono no nutre a los cultivos adecuadamente (los abonos químicos no pueden sustituir un suelo vivo y fértil), éstos son sensibles a las plagas y enfermedades, lo que hace necesario la aplicación de insecticidas, acaricidas, fungicidas y otros. Esta práctica empeora la degradación de los suelos. De estos suelos un 50 por ciento está en proceso de desertificación, o sea en vías de perderse para la producción.
La situación es más grave en las regiones de producción intensiva, como los valles, las zonas productoras de quinua y el oriente con la soya transgénica.
La falta de especies perennes (la ropa de la Madre Tierra) ha agravado la erosión y degradación de los suelos. Estimo que los españoles han traído la mentalidad de producir extrayendo sin reponer. En el caso del suelo quiere decir sin reponer la materia orgánica al suelo, que es la sustancia que asegura su fertilidad.

(EP). ¿Cuáles son las principales causas de estas tendencias y cuáles las implicancias?
(NS). Como dije, los españoles han traído la práctica de una producción que funciona como la minería. La revolución verde ha apoyado esta manera productiva (monocultivos, aplicación de agroquímicos, mecanización), que obviamente funciona, pero solamente a corto y mediano plazo (depende de la disponibilidad de otros recursos como el agua y agroquímicos), no funciona de manera sostenible.
En los últimos años, por el cambio climático, el daño a los suelos se hace más evidente. Entonces, cuando no hay seguridad para cosechar (disponibilidad de alimentos), cuando no hay agua potable/riego y leña, es difícil vivir en un cierto lugar, no queda otra que migrar y buscarse la vida en otra zona.
Los que se quedan son los viejitos, en su mayoría mujeres, que cambian la agricultura por la ganadería. Sin embargo, la sobrecarga animal inhibe la regeneración natural porque los animales devoran todo los rebrotes.
Un suelo sin cobertura sufre la erosión eólica e hídrica, las pezuñas del ganado compactan el suelo, a tal punto que ya no puede infiltrar el agua de lluvia. En un suelo seco no puede brotar la regeneración natural (pastos, hierbas, arbustos y árboles nativos) y así sigue el círculo vicioso hasta convertirse en un desierto.
Este fenómeno se puede observar en muchas regiones andinas del país que quedan algo lejitos de los mercados en las ciudades. Donde hay mercado, la población rural sigue produciendo con la ayuda de agroquímicos, algo que todavía funciona pero es insostenible desde todo punto de vista.

(EP). La migración campo-ciudad (y occidente-oriente) es un fenómeno evidente, que lleva varios años en el país. ¿Está esto también relacionado con el cambio o degradación del suelo agrícola?
(NS). En la historia la migración era dirigida, los mineros sin trabajo por la caída de los precios de los minerales fueron llevados al oriente. Hoy es la tenencia de tierra y el cambio climático que aporta a la migración hacia el oriente.
Los minifundios y la poca fertilidad del suelo (o la necesidad de mucho fertilizante, que significa mucho gasto) junto con la poca disponibilidad de agua de riego hacen que las personas que no saben hacer otra cosa se vayan hacia Santa Cruz. El Gobierno apoya esta migración por sus intereses políticos.
Según mis observaciones el Gobierno no se preocupa de los suelos, sino enfoca proyectos de riego. Aunque no es tan importante el agua, porque un suelo fértil con un buen porcentaje de materia orgánica, alrededor de 5 por ciento, tiene buena capacidad de almacenar la humedad. La solución no es más cantidad de agua, sino una mejor calidad y estructura del suelo.

(EP). Ante estas situaciones, ¿cuál es el enfoque de Naturefund para aportar en las iniciativas y revertir los problemas?
(NS). Uno importante es el de la agroforestería dinámica, que se destaca de otras prácticas agroforestales por su imitación de los procesos naturales (sucesión natural, diversidad de especies) y la asociación de cultivos y frutales con especies nativas, melíferas, medicinales.
Se destaca también por los 5 D’s: La Diversidad de especies (incluyendo especies nativas) y la Densidad de siembra llevan a un Desarrollo acelerado que se manifiesta en una Dinámica de productividad que a su vez exige un Dinamismo en el manejo de la parcela.
El trabajo de manejo consiste sobre todo en la poda periódica. El material de poda es depositado sobre el suelo formando una capa de “mulch”. Ésta inhibe la evaporación (cobertura permanente del suelo) y por su descomposición fertiliza el suelo, aumentando su porcentaje de materia orgánica y su capacidad de almacenar la humedad. Esto ya sabían los incas: hace unos mil años cuando había un aumento de temperatura y deficiencia de lluvias, aplicaron la agroforestería involucrando especies nativas a sus chacras.
Entonces la agroforestería dinámica logra una producción diversa en un menor espacio utilizando diferentes estratos productivos en la misma parcela, combinando especies nitrificadoras del suelo con cultivos que necesitan mucha cantidad de este nutriente.
Así la producción es de mayor calidad (sin uso de agroquímicos) y de mayor cantidad, pues la asociación de diferentes especies permite combinaciones que aprovechan de manera óptima el espacio, mejorando al mismo tiempo la calidad del suelo, su fertilidad y permiten ahorrar el agua de riego, porque también los arbustos y árboles mitigan los vientos secos.

(EP). ¿Desde cuándo y cómo es que tú empiezas a trabajar en la agroforestería dinámica?
(NS). Mi sueño más grande es que quisiera ver la ladera del Tunari (serranía que rodea a Cochabamba) de color verde, lleno de árboles y arbustos, para asegurar el agua en el Valle de Cochabamba, además de un clima agradable, un aire limpio y la diversidad de flora y fauna original de la zona.
En 1999 mi esposo y yo habíamos comprado un terreno con un suelo sumamente degradado, por encima del canal de riego en la comunidad Combuyo, Municipio Vinto (predio Mollesnejta). Desde 2001 estamos experimentando la agroforestería. Observando cómo funciona la naturaleza, experimentando, haciendo conclusiones, probando y aplicando.
A través de la experiencia vivida estoy logrando entender la manera de aplicar la agroforestería en el valle de Cochabamba, con el fin de reconstruir el suelo y adaptar la producción al cambio climático (tenemos poca disponibilidad de agua de riego).
Soy alemana con el corazón bolivianizado y amo a mi llajta. Las experiencias que estoy obteniendo en el predio Mollesnejta en Combuyo demuestran que es posible lograr unas laderas verdes: producir en armonía con la Madre Tierra y al mismo tiempo dar servicios ambientales.

(EP). ¿Conoces otras experiencias en agroforestería dinámica en Bolivia?
(NS). En Sapecho (La Paz) hay algunos productores que tienen lindos sistemas agroforestales para producir cacao, frutas tropicales y otros sin ninguna aplicación de agroquímicos. En 2009 Johanna Jacobi realizó una investigación científica que constata que los productores de cacao orgánico tienen mayor ingreso y mejor calidad de vida que los productores convencionales. A pesar de esto muchos productores siguen con la práctica convencional.
En el Beni la producción de la castaña solamente se da donde este árbol se encuentra en su ámbito ecológico, o sea en sistemas agroforestales autóctonos. En el altiplano la producción de quinua solía ser en sistemas agroforestales, la tola aseguraba la fertilidad del suelo e impedía la erosión eólica.
En Chuquisaca, por Monteagudo, existen sistemas silvopastoriles muy interesantes, sobre todo en lugares de mucha pendiente. En Tarija no conozco mucho, pero me consta que los habitantes en esta región tienen conocimientos ancestrales sobre las bondades de árboles y arbustos.
En fin, los agricultores tienen muchos conocimientos y experiencia vivida sobre la agroforestería. El problema es que dado los precios tan bajos para los productos agropecuarios, la rentabilidad de la producción se obtiene por la cantidad del producto.
Esto implica que cada vez es producido en un espacio más grande y esto hace necesario el tractor, lo que eleva los gastos y lleva a la aplicación de agroquímicos para asegurar la cosecha, etc. En otras palabras, producción agroindustrial.

(EP). ¿Qué relación existe entre los cambios de uso de suelo (y/o el deterioro de éstos) con la seguridad y la soberanía alimentaria en nuestro país?
(NS). Sin suelo sano (sin contaminación y con bastante materia orgánica que asegura su humedad) no hay alimento sano. Claro, existe la producción hidropónica, pero en mi opinión no puede sustituir a un suelo sano y vital. La hidroponía me hace recordar al afán que había unos años atrás de alimentarnos con píldoras de vitaminas y minerales. Hoy en día sabemos que las vitaminas químicas hacen enfermar y acortan la vida.
Nunca algo químico puede ser una alimentación completa, porque igual que en el suelo, nuestro intestino es un hábitat de muchos microorganismos que tienen mucho que ver con nuestra digestión y absorción de nutrientes y al final definen nuestra salud. Igual las plantas: el suelo es donde los organismos del suelo ponen a disposición los nutrientes a los cultivos. Ni el abono químico ni el sustrato de hidroponía pueden satisfacer todas las necesidades de los cultivos.
Entonces, sin suelo sano y vital no hay alimentación saludable. Podría haber seguridad alimentaria, incluso soberanía alimentaria, pero ¿de qué sirve un alimento que envenena al consumidor?

(EP). ¿Cómo contrasta la agroforestería dinámica con las tendencias actuales hacia los monocultivos para exportación y la pérdida de la agricultura campesina familiar?
(NS). La agroforestería dinámica contribuye a una producción de alimentos saludables y diversos, a la protección del suelo, a la protección de la diversidad de flora y fauna, necesita mano de obra (asegura la oferta de trabajo digno y en contacto de la naturaleza), contribuye a la independencia de energía como el diésel para el tractor y corta la dependencia de agroquímicos.
Es una producción agropecuaria que al mismo tiempo da servicio ambiental y que es sostenible. Nuestros nietos y bisnietos vivirán bien si empezamos ahora con su aplicación. Por eso también debería haber un reconocimiento social hacia los agricultores que producen agroecológicamente.
El campesino/agricultor familiar apostaría a la agroforestería dinámica siempre y cuando hubiera incentivo para su realización, que por una parte es la recompensa monetaria: los productos saludables producidos en sistemas agroforestales dinámicas deberían dar un mayor ingreso al productor.
Pero por el momento existe una subvención de los agroquímicos que hace que la agricultura convencional (industrial o a nivel familiar) sea más lucrativa, además de que no son considerados los impactos destructivos a mediano y largo plazo sobre la salud y el ambiente.
(EP). ¿Qué opinas de las conclusiones de la Cumbre Agropecuaria “Sembrando Bolivia”, especialmente respecto a la ampliación de la frontera agrícola, aumento de beneficios/subvenciones para la agroindustria exportadora, y sobre la ambigüedad con la que el Gobierno se maneja en el tema de los transgénicos?
(NS). Mi repuesta a esta pregunta compleja es totalmente personal, no institucional. Según lo que me informaron sobre la Cumbre en el Agro (estoy en el directorio de la Fundación AGRECOL-Andes y tuvimos la información en el día de la Asamblea General por el presidente de AOPEB, presente en la Cumbre) lamento mucho que el gobierno boliviano no tenga el coraje de seguir un camino realmente boliviano.
El camino que fue elegido es parecido al de los países vecinos que producen con cochinadas para alimentar barato y/o exportar para lograr divisas. Las divisas son necesarias, pero no a costa del recurso suelo y otros recursos que para nosotros solamente son prestados, porque también deben servir a las generaciones futuras.
No sería necesario ampliar la frontera agrícola si produjéramos en sistemas agroforestales, obteniendo mayor cosecha diversificada en un menor espacio y además teniendo un suelo que se mantiene fértil. Difícilmente se puede mecanizar una producción agroforestal, por lo que también habría trabajo digno para mucha gente.
Esto por supuesto aumentaría los costos de producción en relación a la agricultura convencional, pero actualmente tampoco no se toman en cuenta los desastres que ésta provoca, ni los costos adicionales que origina.

(EP). ¿Algunas conclusiones sobre este tema en relación al Año Internacional del Suelo?
(NS). No hay duda que la agroforestería funciona. El Gobierno debería aumentar en la Ley Marco de La Madre Tierra la aplicación de la agroforestería para dar a esta ley un párrafo concreto, un párrafo que permita llevar a la aplicación.
Por el Año Internacional del suelo, en 2015 estamos experimentando en Mollesnejta dos técnicas de reconstrucción del suelo que se realizan gracias a la transformación del material de poda que obtenemos en nuestros sistemas agroforestales: la terra preta y la madera rameal fragmentada.
Ambas técnicas ya las habíamos aplicado de manera casera y viendo los efectos sumamente positivos, actualmente dos estudiantes (uno de la Universidad Católica en Cochabamba, el otro de la Universidad Pública de El Alto) están realizando investigaciones científicas para comprobar las bondades.
La aplicación de la terra preta es una práctica ancestral de la población amazónica. La aplicación de la madera rameal fragmentada es una innovación canadiense todavía poco conocida, pero con mucha esperanza, sobre todo en la reconstrucción de suelos y el ahorro de agua de riego. En nuestros ensayos caseros el ahorro del agua de riego es de un 50%, lo que también indica la literatura científica.
Se puede ver que existen varias técnicas para una producción sostenible. Entonces, es innecesaria la agricultura convencional/industrial. El Gobierno debería incentivar la agroecología. Un método para producir alimentos saludables sin aplicación de agroquímicos, que no son necesarios cuando hay diversidad de cultivos y un suelo fértil que provee a los cultivos todos los nutrientes que necesitan, es la agroforestería dinámica.

Noemi Stadler-Kaulich, nacida en Alemania, es ingeniera agrónoma y posee un doctorado en pedagogía, vive en Bolivia desde 1978, y trabaja con la agroforestería desde 2001 en su predio experimental de Mollesnejta (comunidad Combuyo, Municipio Vinto, Cochabamba). Mollesnejta cuenta con 33 diferentes consorcios de sistemas agroforestales sobre 16 hectáreas, y recibe la visita de personas interesadas en la agroforestería.
También da cursos de poda (especies frutales, nativas, ornamentales, maderables), cursos sobre la reproducción de plantas, la planificación, implementación y el manejo de sistemas agroforestales dinámicos para condiciones y objetivos distintos. Brinda a estudiantes la posibilidad de hacer pasantías e investigaciones científicas.

“Nunca algo químico puede ser una alimentación completa, porque igual que en el suelo, nuestro intestino es un hábitat de muchos microorganismos que tienen que ver mucho con nuestra digestión”

“El camino que fue elegido es parecido al de los países vecinos que producen con cochinadas para alimentar barato y/o exportar para lograr divisas. Las divisas son necesarias, pero no a costa del suelo”

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