domingo, 28 de junio de 2015

El Valle Alto busca ser una “fábrica” de frutas

En el Valle Alto una centena de viveristas, productores que se dedican a cultivar plantines de durazno y manzano, buscan a mediano plazo crear una fábrica de frutas.

El proyecto involucra 731 hectáreas y a más de 9.000 familias.

La expectativa es única, producir en promedio hasta 30.000 plantines (plantas bebé) cada año, para repuntar significativamente la producción anual de durazno y manzano, dos frutas propias de la región, pero que hoy por falta de incentivos, se convirtieron en lucrativas fuentes de contrabando que llegan del Perú y la Argentina para satisfacer la demanda boliviana, refieren informes del Instituto de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF).

El desafío es definitivamente monumental, al punto que el Gobierno a través del INIAF y el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENSAG), abrieron los ojos y decidieron apostar en grande. Más de 69 millones de bolivianos en los próximos dos años.

El plan está hecho y los responsables tienen un nombre: la Asociación de Viveristas del Valle Alto y el Programa de Innovación Continúa (PIC) de la Cooperación Suiza en Bolivia.

De hecho los frutos que comenzaron a cosechar los campesinos lo sembraron hace cinco años cuando el PIC llegó hasta los municipios de Cliza, Arbierto, San Benito, Punata, Tolata, Villa Ribero y Arani con la denominada Plataforma de Coordinación Interinstitucional e Innovación Tecnológica Frutas del Valle- PLACIIT FV.

Con un horizonte promisorio, Jaime Crespo, por hoy máximo dirigente de los viveristas del Valle Alto, está decidido hacer de Cliza un verdadero laboratorio para la producción de plantines de “alta calidad” pero sobre todo “certificadas”.

Para mostrar con hechos lo que promete apeló a los resultados. El año pasado la asociación vendió los primeros “2.000 plantines” de durazno al INIAF y como yapa el Gobierno demandó, en los hechos, 14.000 “logramos cubrir la solicitud”, aseguró Crespo.

Para este año la meta aún es más ambiciosa. “Vamos a producir 15.000”, anunció.

Las plantas bebés de durazno y manzano serán comercializadas además a otros departamentos.

“10 mil más saldrán el próximo mes de septiembre hasta la población de Cotagaita, en el departamento de Potosí”, raya números el productor que junto a otros 18 socios apuntan a revolucionar la producción de frutas en la zona.

De hecho los plantines ya trascendieron los límites departamentales. Llegaron a La Paz, ingresaron al Chaco boliviano y hay planes para irradiar sus beneficios en Chuquisaca, reveló Crespo.



GUMUCIO REYES Los viveristas del Valle Alto tienen a la especie de durazno de nombre Gumucio Reyes como una carta triunfadora para concretar los planes.

Está especie de durazno es la más difundida y también afamada, no solo en Bolivia, sino también el Perú y otros países.

“Se llevaron la planta al exterior y ahora la devuelven industrializada”, comentó al respecto Roberto Cano, otro de los productores que lucha por convertir al Valle Alto en el centro de la producción frutícola del Estado.

Para concretar los planes los productores recibieron instrucción y ayuda del PIC.

Lo que aprendieron ahora pusieron en práctica para beneficio de todos.

Apuntes.



Apoyo.

El PIC enseñó a los productores del Valle Alto: manejo integrado de plagas, producción de plantines de durazno y manzano, emplazamiento de viveros, sanos y efectivos contra las enfermedades fitosanitarias, y en lo fundamental, la cosecha y poscosecha que va ligada a la comercialización del producto.

La estrategia desplegada, estos años, puso al servicio de los productores nuevas tecnologías, comentó el coordinador del Consejo Departamental de Competitividad de Cochabamba (CDC) que forma parte del PIC Marcelo Velasco.



Actualización.

Los viveristas recibieron información en uso de plantas madres libres de enfermedades, uso de sustratos desinfectados, bioinsumos, manejo de áfidos y ácaros. También saben qué hacer con las enfermedades foliares y de suelo.
Innovación para producir a escala industrial

Con proyección a escala industrial la Plataforma de Coordinación Interinstitucional e Innovación Tecnológica-PLACIIT FV, dependiente del Programa de Innovación Continúa (PIC) financiado por la Cooperación Suiza en Bolivia (COSUDE), impartió en los últimos cinco años asistencia para la formación técnica productiva.

Lo que hizo el programa fue “hacer educación” de forma muy particular con los productores con el fin de formar “fruticultores con excelencia” dijo al respecto Marcelo Velasco, coordinador del Consejo Departamental de Competitividad (CDC), un brazo más que forma parte de la Cooperación Suiza.

Los productores que sometieron el interés que tienen a la formación fueron instruidos bajo el “enfoque de competencias laborales del Valle Alto de Cochabamba”, señaló el coordinador.

Con este fin el PLACIIT FV, la Fundación FAUTAPO y el Tecnológico de Tarata (TAT), concretaron una triple alianza para fortalecer la formación de recursos humanos en producción frutícola sobre la base del aporte decidido que también hicieron los municipios de Cliza, Punata, Arbieto, Tarata, San Benito y Tolata, explicó los alcances del programa Velasco. Esta sinergía de esfuerzos permitió “potenciar el proceso productivo de frutales”, acotó.

Producto orgánico bueno para la salud

Los problemas fitosanitarios se han convertido en una amenaza seria a la producción de durazno y manzano en el Valle Alto.

Debido a esta situación, y mucho antes de la presencia del Programa de Innovación Continua (PIC) en las áreas de cultivo, los productores recurrían al uso de agroquímicos para controlar el ataque de plagas.

Frente a esta situación la Plataforma de Coordinación Interinstitucional e Innovación Tecnológica Frutas del Valle- PLACIIT FV enseñó a los productores a manejar químicos apropiadamente evitando al máximo el uso frecuente de químicos para controlar enfermedades en las plantas.

Con este objetivo se logró capitalizar experiencias propias de los campesinos para la prevención de enfermedades y control de las plagas que atacan al durazno y manzano, señala el PIC.

El objetivo es producir 100 por ciento orgánicamente para preservar la salud de la población y de los suelos, subrayó Jaime Crespo, presidente de los productores viveristas del Valle Alto.

Certificar plantines es prioridad para el Gobierno hasta 2025

Carol Camacho técnico del programa Frutas del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, informó que el Gobierno esta empeñado en certificar las plantas de los productores del Valle Alto y para eso “estamos acompañando, día a día, con el programa nacional de frutas”, afirmó.

La funcionaria dijo que los campesinos no están solos, sino, tienen apoyo.

En esta misma línea Yuri Antezana coordinador Instituto de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) señaló que el programa de seguridad alimentaria declaró a los viveros de máxima atención y viene apoyando desde el 2006 hasta la fecha.

La zona es potencialmente apta en Cochabamba para la producción de plantines de durazno y manzano, apuntó.

Marcelo Velasco Coordinador Consejo Departamental de Competividad de Cochabamba (CDC) dijo que el programa Frutas del Valle trabaja a diario en planes de innovación tecnológica para que los productores tengan posibilidad de mejorar, sustancialmente, la producción de plantines, emplazar huertos sanos y tengan plantas de durazno y manzano listos para producir.

Por su parte, Remberto Cano productor en Cliza relató que comenzó plantando flores, pero ahora desde hace más de cinco años, dedica tiempo a la producción de plantines para durazno y manzana. “La demanda es grande en el Estado y en Cliza estamos listos para satisfacer el mercado”, señaló Crespo.

Juan Ardaya, uno de los pioneros en la industrialización de fruta en el Valle Alto, señaló también que Cliza se ha convertido en un referente nacional para la producción de plantines de frutas.

“Los productores estamos trabajando con este objetivo estratégico para copar el mercado nacional”, aseguró. Ardaya creó la firma Frutas Ardaya para vender comercialmente.

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