domingo, 14 de junio de 2015

Seguro agrario probará un producto dirigido a los grandes agricultores



— ¿Qué resultados logró el Instituto Nacional del Seguro Agrario (INSA) en estos tres años de trabajo?

— El primer año hemos implementado el seguro agrario en 63 municipios, el segundo en 107 y este año en 141, lo que representa poco más del 41% del total de municipios que hay en el país (339). En la campaña agrícola de este año, que va de julio de 2014 a junio de 2015, hemos asegurado 272.847 hectáreas de cultivos de maíz, papa, cebada, trigo, quinua, avena, haba y frejol de 146.554 familias de 5.576 comunidades. Hasta el momento hemos recibido al menos 400 reportes de siniestros que han involucrado a 40.000 hectáreas, de las que se comprobó que 5.000 estaban siniestradas; felizmente, el resto de estos cultivos se han recuperado o no han tenido un daño significativo. Estas 5.000 hectáreas implican un desembolso de Bs 5 millones de los 30 millones que tenemos disponibles para este año, los otros 25 millones volverán a las arcas del Tesoro General de la Nación (TGN). En 2013 tuvimos un presupuesto para indemnizaciones de Bs 8,5 millones y ejecutamos 7,6 millones; en 2014 recibimos 24 millones y ejecutamos 18 millones. Este 2015 ha sido bueno para la agricultura, el primer año registramos 9,3% de siniestralidad, el segundo 11,3% y este año apenas 2%.

— ¿Qué porcentaje de cobertura tiene ya el Seguro Agrario Pachamama en el ámbito nacional?

— Si asumimos que hay aproximadamente 750.000 unidades productivas en Bolivia, los 146.554 productores registrados este año representarían casi el 20% de los agricultores del país. Eso implica que el avance que se ha tenido con el seguro en estos tres años es significativamente importante.

— ¿Cómo se abarcaría más?

— Es importante mantener el crecimiento sostenido que se ha tenido hasta hoy, pero el avance no solamente depende del Gobierno, sino también de los municipios y gobernaciones, los cuales pueden ir fortaleciendo este proceso (...). En la siguiente campaña sería ideal llegar a más de 160 municipios y tener más de 320.000 hectáreas aseguradas, con lo que se estaría asegurando más del 30% de la superficie orientada a la agricultura familiar y campesina.

— ¿Cuándo podría llegar el seguro a los grandes agricultores?

— El seguro agrario puede tener diferentes modalidades, cada una de ellas aplicable a un tipo de sistema de producción. Se calcula que el 90% de las más de 750.000 unidades productivas que hay en Bolivia son de agricultores familiares, entonces, es obvio que el seguro debe proteger primero a este sector que produce alimentos de consumo interno y que aporta a la seguridad alimentaria del país. Esto no descarta la posibilidad de empezar a trabajar con los seguros comerciales y de hecho hemos empezado a hacerlo. Se han generado dos seguros comerciales, el primero tradicional y el segundo basado en organizaciones de productores. Estas propuestas están siendo analizadas por las autoridades nacionales y se irán implementando paulatinamente. Los agricultores del oriente nos han pedido realizar simulaciones de implementación del seguro para ajustar este año todo lo que sería un seguro comercial orientado a grupos y asociaciones de productores. Vamos a empezar a trabajar eso en las próximas semanas o meses.

— ¿El nuevo producto se implementaría desde 2016?

— Es probable que sí. No hay que olvidar que la implementación de un seguro comercial no solamente implica la necesidad de que el Gobierno, a través del INSA, desarrolle el producto, sino también de que los grupos de agricultores se adscriban al proyecto.

— ¿Se ha decidido —como se tenía previsto inicialmente— financiar el seguro con fuentes del Gobierno central y de los gobiernos subnacionales?

— Hasta el momento, el seguro se ha financiado completamente con recursos del TGN, a través del presupuesto normal del INSA y de las transferencias que nos hacen vía decretos para realizar las indemnizaciones. (Pero), el instituto ha firmado convenios con 110 municipios para que éstos cofinancien las indemnizaciones y el gasto operativo del seguro. Actualmente, les estamos haciendo saber el monto que les tocaría para fortalecer el seguro y si éstos (recursos) son inscritos en el presupuesto (de 2016) estaríamos recibiendo estos fondos en enero del próximo año. También contamos con un financiamiento de la Fundación Profin y la cooperación suiza, que no representa ni el 0,5% del presupuesto del INSA, para identificar los rendimientos promedio de los cultivos en los diferentes municipios.

— ¿Este fortalecimiento del seguro agrario se tendrá que hacer efectivo a través de una ley?

— La experiencia ganada en estos años nos servirá para plantear en el futuro una norma que permita facilitar todo este trabajo de interacción financiera entre las administraciones central y subnacionales (...). La idea es que exista una coparticipación de los diferentes niveles del Gobierno, de tal manera que le demos sustentabilidad al seguro agrario con una política de largo plazo.

— ¿Se consideró la opción de utilizar los recursos de Adaptación al Cambio Climático que provienen de la cooperación de países desarrollados?

— Esta propuesta fue presentada a través del Ministerio de Planificación en el ámbito internacional y de hecho fue calificada para recibir un crédito concesional de $us 10 millones. Esto está en proceso de gestión, pero indudablemente el INSA captará más recursos cuando vayamos confirmando cada vez más que esta modalidad de seguro agrario es conveniente tanto para al agricultor como para el Estado y los diferentes entes que tienen que ver con la seguridad alimentaria de los bolivianos.

Perfil

Nombre: Erick Bernardo Murillo Fernández

Profesión: Agrónomo

Cargo: Director General Ejecutivo del INSA.

Experto en desarrollo rural con 20 años de experiencia

Obtuvo su licenciatura en Agronomía en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y realizó una maestría en Sistemas de Producción en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es también posgraduado en Estadística y Modelos Matemáticos, Gestión y Evaluación de Procesos de Enseñanza-Aprendizaje en Educación Superior, además de haber realizado cursos de capacitación en Desarrollo Agrícola, Políticas de Desarrollo Rural y Sistemas de Extensión Agrícola en la Agencia de Cooperación Internacional del Japón en Tsukuba y Tokio. Fue docente universitario, investigador y lideró diversas unidades de gestión en los ministerios de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), y de Medio Ambiente y Agua. Actualmente dirige el INSA, entidad dependiente del MDRyT.

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