viernes, 7 de agosto de 2015

Agricultores argentinos miran a Bolivia

Un grupo de agricultores del Chaco argentino ha puesto su mirada en Bolivia y tiene intención de venir a producir, informó ayer el diario La Nación.

En 1999, Néstor Sabate llegó a Pampa del Infierno, un pueblo del sudoeste de Chaco. Su padre tenía un campo en Alcorta, en Santa Fe, lo vendió y vio que en esa región chaqueña, que se abría a un proceso de agriculturización, podía tener un lugar como prestador del servicio de pulverización agrícola.

Le fue bien. De una máquina pasó a tres. El futuro que prometía el Chaco se había hecho realidad. Pero hoy la historia es distinta. Por la crisis de rentabilidad que afecta al agro, que en esta región se hace cuesta arriba por las retenciones y los altos costos de los fletes, en la zona un 30 a 40 por ciento de productores de otras provincias han abandonado los campos que trabajan. Peor aún, se estima que en esta campaña en la provincia se dejarán sin sembrar 500.000 hectáreas. Para Sabate, esto significa menos trabajo, algo que ahora quiere ir a buscar a otro país: Bolivia, reseñó el diario.

“Fui a Chaco a hacerme un futuro y ahora siento que en un año voy a perder todo. Para no perder todo el capital pensé en irme. Tengo un amigo en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y voy a ir a ofrecer mi servicio para ver si puedo pasar esta situación en mi país”, expresó.

El de Sabate no es el único caso. Carlos Favarón, productor de Charata, señaló que esa situación se está dando también con técnicos y otros profesionales que eligen Paraguay o Bolivia.

“Muchos productores cordobeses, santafecinos y bonaerenses que venían a Chaco ahora están yendo a Bolivia o Paraguay. Hace unos años, Evo Morales era un cuco, pero hoy para el sector es más benigno que en Chaco”, dijo.

Bolivia y Paraguay no tienen retenciones ni trabas a la comercialización del maíz y el trigo, como sí afrontan los productores en la Argentina. Además, en el país los productores del Norte tienen que pagar altos fletes. De 800 pesos de una tonelada de maíz casi 700 se van en el flete.

En este punto, algunos números que hacen los productores sorprenden. Mientras ellos en Chaco pueden comprar 15 litros de combustible con lo que les queda de una tonelada de maíz, en Bolivia sus pares pueden adquirir 300 litros. A su vez, mientras los chaqueños con una tonelada de soja pueden comprar un par y medio de zapatos, los bolivianos adquieren entre cinco y tres pares.

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