viernes, 13 de mayo de 2016

Okinawa y San Juan, colonias japonesas que procesan desde fideo hasta chocolate

Están separadas por una distancia de 150 kilómetros, pero son consideradas como hermanas. Las colonias japonesas de Okinawa y de San Juan de Yapacaní -ambas en Santa Cruz- se constituyen en uno de los ejes productivos del oriente boliviano.

Fideos, harina de trigo, arroz, huevos e incluso chocolates son algunos de los artículos que se producen en las cooperativas que nacieron en la segunda mitad del siglo pasado y que operan en estas zonas.

Los primeros inmigrantes japoneses arribaron a esta zona entre 1954 y 1955, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, cuentan los pobladores de esas localidades. Hoy, más de medio siglo después, sus habitantes presumen orgullosos el fruto de un trabajo ordenado y constante.

En la carretera de Santa Cruz a Cochabamba, antes de pasar por Villa Yapacaní, hay un desvío que lleva a la colonia de San Juan; sus habitantes son especialistas en avicultura. Más hacia el este, pasando de largo Montero y cerca al Río Grande, está la Cooperativa Agropecuaria Integral Colonias Okinawa Ltda., cuya especialidad, a través de la Molinera OKI, es el trigo y los fideos de este cereal.

Socios de la cooperativa CAICO explican que entre sus clientes están diferentes molineras de trigo, ubicadas en Santa Cruz, además de otras empresas. La anterior gestión, comentan, una parte de la producción fue adquirida por la estatal Emapa. Los mercados de La Paz y Cochabamba son los que más requieren de sus productos. También destinan una fracción de la cosecha a OKI, que es parte de su estructura.

La Cooperativa Agropecuaria Integral San Juan de Yapacaní (CAISY) produce al mes alrededor de 25 millones de unidades de huevos, lo cual representa, según sus ejecutivos, el 20% de la producción nacional.

Sus socios afirman que ambas cooperativas "hermanas” contribuyen al desarrollo de Santa Cruz y de Bolivia.

Fideos de Okinawa, desde la "capital triguera de Bolivia”

Los primeros inmigrantes japoneses en llegar a la región que hoy se conoce como Okinawa lo hicieron en 1954. En 1971, 17 años después, se fundó la Cooperativa Agropecuaria Integral Colonias Okinawa Ltda. (CAICO).

Esta, hoy en día, produce soya, pero principalmente se dedica a fabricar harina de trigo y fideos. Esto último mediante la empresa Molinera OKI, cuyas acciones mayoritarias pertenecen a miembros de CAICO.

"La capacidad diaria de producción es de unas 120 toneladas de trigo. Hacemos dos tipos de producción de harina: panadera y para la fábrica de fideos”, explica el gerente de planta de OKI, Makoto Shimabukuro.

En esta planta, ubicada en Santa Cruz, cerca al Río Grande, la infraestructura es muy vistosa. Con grandes silos y edificaciones especializadas para la producción de fideos, es -aseguran- una de las más importantes de la región.

"La campaña anterior de trigo una parte nos compró Emapa, (vendimos) una parte en Cochabamba y La Paz a molineras y nosotros también tenemos molineras”, sostiene Kiyotaca Ota, presidente del Consejo de Administración de CAICO.

Los ejecutivos de CAICO cuentan que tienen diversos clientes a quienes les venden el trigo. La anterior gestión, comentan, una parte de la producción fue adquirida por la estatal Emapa. Afirman que tienen buenos mercados en La Paz y Cochabamba e incluso venden este producto a molineras de Santa Cruz y también destinan una parte de la cosecha a OKI.

Los primeros años de la década del 70 no fueron fáciles para los padres de los ahora socios. Ota recuerda que empezaron con la producción de arroz, pero tuvieron problemas porque se saturaron los mercados; saltaron al rubro del maíz. Desde 1971 hasta 1982 probaron con algodón, pero cerraron su fábrica, y fue entonces que empezaron a cultivar soya.

En la actualidad tienen una variedad de productos, pero la soya y el trigo y sus derivados son los más importantes. Dentro del área de investigación, llegaron a descubrir dos nuevas variedades de trigo -sumadas a las más de 20 con las cuales trabajan- que son la Motacú y la Urubó.

La fundación Cetabol, que opera desde el año 2010, coadyuva en la investigación que desarrolla CAICO, así como en los trabajos que lleva adelante la cooperativa "hermana” CAISY, en San Juan de Yapacaní. El gerente general de Cetabol, Satoshi Tomori, relata que no todos los años son iguales para un agricultor; hay altas y bajas. "Usted toma cinco años y un año, como el año pasado, la verdad que hemos ido a negativo y ahora estamos con la cabeza para abajo. Caemos y recuperamos. Siempre con un paso adelante”, explica sobre la situación agrícola de la región.



CAISY, el 20% de la producción nacional de huevos

"Al mes producimos 25 millones de unidades de huevo; eso representa el 20% de la producción nacional”, cuenta Alfredo Yonekura, gerente técnico de la Cooperativa Agropecuaria Integral San Juan de Yapacaní (CAISY). Mientras muestra cómo están distribuidas las granjas avícolas de uno de los socios de CAISY, Yonekura explica -con expresión de orgullo- que sus productos son destacados y que tienen presencia nacional.


Recuerda que cuando sus padres llegaron provenientes del Japón, después de la Segunda Guerra Mundial, en 1955, todo era selva virgen y que tuvieron que trabajar desde un inicio, juntos todos los inmigrantes, para sacar adelante el proyecto que hoy les da trabajo y de comer. Dos años después, 48 personas de las que llegaron a territorio nacional decidieron fundar CAISY.

"La característica de los productores de nuestra colonia es que todos tienen una combinación. Avicultura con producción frutal: mandarina, coco, naranjo, nuez de macadamia; o avicultura con ganadería; o cultivo de granos con avicultura dependiendo de la capacidad de cada productor”, comenta Yonekura sobre la forma de trabajo que desarrollan en este sitio.

En la actualidad, la producción de esta cooperativa es diversificada. Sus principales cultivos y productos son el arroz, la soya, la nuez de macadamia -con la cual fabrican chocolates- y los frutos cítricos; también tienen granjas de gallinas, ponedoras de huevos, y se dedican, además, a la ganadería.

De los 100 socios que tienen en la actualidad, 67 se dedican a la agricultura. Yonekura explica que al mes la cooperativa produce en promedio 25 millones de unidades de huevo. Cada asociado tiene alrededor de 260 hectáreas de tierra en promedio; dichas extensiones las destinan a lo que más les convenga, siempre en función a las decisiones que se tomen como grupo.

A escala nacional, sus productos están en ocho departamentos. El único al cual aún no llegaron es Pando. En la producción de arroz, otro de sus artículos estrella, su distribución se realiza mayormente en Santa Cruz y La Paz.

Fue hacia 1957 cuando los colonos empezaron a cultivar arroz, ya que es un producto tradicional en su país. En la actualidad, la producción de ese grano es desarrollada por 54 socios de esta cooperativa. Tienen aproximadamente una superficie de ocho mil hectáreas, de las cuales 7.600 son cultivadas bajo riego. De este producto, que sale al mercado, tienen seis variedades.

Otro de los artículos que les genera un ingreso es la nuez de macadamia o "reina de las nueces”.
Hacia 2014 tenían una producción anual de 219 toneladas de esta nuez en cáscara. "En la cooperativa todos los productores trabajan por cuenta y riesgo”, afirma Yonekura.

El sector agroproductivo del oriente

Aporte Según datos proporcionados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Santa Cruz, como departamento productor, aporta al país importantes cifras en alimentos: arroz (83%), maíz (72%), trigo (76%), caña (99%), oleaginosas (86%), carne de res (30%), carne de pollo (45%) y huevos (65%).

Rotación Para que el sistema agroproductivo funcione es necesaria la rotación de cultivos, intercalando soya, maíz, sorgo y trigo principalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario