miércoles, 3 de mayo de 2017

Frutas: el trópico se proyecta; el valle bajo pierde la vocación



Cochabamba vive dos realidades distintas en cuanto a producción de fruta. Mientras municipios del valle bajo, como Vinto (conocido antes por su manzana) pierden esa característica, en el valle alto, se gestan nuevos proyectos, y el trópico refuerza su potencial exportador, sobre todo de bananos.

Los municipios del valle alto y del trópico cochabambino pretenden incentivar e industrializar la actividad económica con recursos propios, apoyo departamental e incluso del gobierno central con el objetivo de exportar sus productos.

Los bananos y la piña son las frutas que más ingresos registran entre la fruticultura del trópico de Cochabamba. La región puede llegar a producir hasta 2 millones de cajas de bananos al año, cantidad que permite garantizar la exportación a destinos como Argentina y Uruguay, además del mercado interno, según explica el gerente de la Mancomunidad de Municipios del Trópico de Cochabamba, Víctor Cadima.

El Gerente explica que este rubro se logró potenciar gracias a la implementación de dos estrategias, que consisten en fortalecer el aspecto técnico de producción y la estructura para el traslado de los bananos. Señala que desde hace dos años los productores vienen instalando cables para el transporte del producto, superando los 400 kilómetros.

“Actualmente, el rubro se está apoyando a través del Fonadal (Fondo Nacional del Desarrollo Alternativo), que está implementando proyectos y centros de empaque para poder comercializar ya con las normas de las instancias que certifican el tema de lo que es la exportación”, agregó.

El cultivo de bananos en la zona supera las 20 mil hectáreas. “En lo que es banano como prioridad como zona productiva es Puerto Villarroel. Después continúa Villa Tunari, Chimoré y Shinahota, esos cuatro municipios tienen potencial productivo en tema de banano”, complementa Cadima.

A pesar de las dimensiones territoriales que ocupa esta fruta, no se cuentan con datos oficiales precisos sobre la cantidad de productores. Sin embargo, según datos proporcionados por la Mancomunidad, cada asociación productora está compuesta por 25 a 30 familias.

Para Cadima, la rentabilidad del banano produce un ingreso de divisas importantes para la región, lo que también provoca un crecimiento moderado para las cada vez mayor cantidad de familias que buscan dedicarse a esta actividad.

“La cantidad de divisas que trae este rubro a la región es totalmente significativa”, sostiene Cadima. Al mismo tiempo, calcula que cada caja puede valer hasta un dólar, y considerando que se exportan cerca de 6 millones de cajas al año, podría generarse 6 millones de dólares.

Esta situación, además de los incentivos impulsados por la Mancomunidad, ha provocado una expansión de las tierras de cultivo, que anteriormente no eran consideradas por los productores regionales. “En comparación con hace cinco años, se ha expandido, en diferentes rubros, en sectores que no eran cultivables. Actualmente se han vuelto cultivables”, considera Cadima.

A pesar de ello, el Gerente de la Mancomunidad del Trópico califica el proceso de crecimiento como “lento”. “Pero por lo menos estamos hablando del 10 al 20 por ciento de crecimiento porque la gente ya ha visto en el tema del banano por ejemplo, (que es) donde más hemos tenido crecimiento, porque saben que se vende, saben que hay mercado”.

La asistencia técnica brindada por diferentes niveles de Gobierno se ha convertido en una ayuda para los productores, pero también en una problemática que no solamente afecta a los bananos sino a otros sectores.

“Se ha ido acostumbrando a la gente dando siempre la asistencia técnica sin la participación de ellos. Cuando en un momento se termina, el proyecto queda (…). De alguna forma, tenemos que trabajar para buscar mecanismos, donde la producción, comercialización y la venta final, tenga que destinar un fondo X para poder fortalecer”. añade.



GOBERNACIÓN SUSPENDE ASISTENCIA TÉCNICA

La gobernación del departamento de Cochabamba ha suspendido a fines de 2016 la asistencia técnica que ofrecía a Vinto, según dio a conocer el responsable de Desarrollo Productivo de este municipio, Jimmy Hermosilla López.

El valle alto fue otra de las regiones perjudicadas por estas medidas, según dio a conocer un funcionario de Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) de Cochabamba.

“Bueno, el año pasado teníamos apoyo de la gobernación desde el Sedag (Servicio Departamental Agropecuario) frutícola, pero este año, creo que por razones presupuestarias, ya no nos están colaborando (...). Bueno, a varios municipios nos han otorgado platines, fertilizantes y apoyo técnico, y un profesional experto en fruticultura", informa Hermosilla López.

Asimismo, resalta el valor que tenía la asistencia para su municipio, calificándola de "muy valiosa", ya que Vinto no cuenta con especialista en fruticultura. Actualmente, los productores deben afrontar enfermedades en las plantaciones de manzana sin poseer los conocimientos para afrontar la problemática.

Los Tiempos trató de contactarse de forma insistente con el secretario departamental de Desarrollo Productivo y Economía Plural de Cochabamba, Pedro Padilla, sin obtener resultados.



SAN BENITO: 80% DE POBLACIÓN ES PRODUCTORA

San Benito es uno de los municipios del valle alto que lleva adelante una experiencia significativa en la producción de duraznos. Asimismo, este municipio ha registrado un crecimiento constante en la expansión de territorio destinado al cultivo de esta fruta. Seis hectáreas anuales, según datos preliminares.

A pesar de no tener datos precisos, el responsable de Fortalecimiento, Organizaciones y Emprendimientos Agropecuarios de San Benito, Wilber Vidal, estima que más de 700 hectáreas son trabajadas con ocho variedades de durazno, por aproximadamente 500 productores distribuidos entre las asociaciones regionales.

La producción de esta fruta se ha convertido en un elemento importante para la economía de las familias de San Benito por la rentabilidad del durazno. “Es el pilar fundamental de la economía de la población de San Benito. Tenemos un aproximado de un 80 a 85 por ciento de la población”, detalla Vidal.

Para atender las necesidades de los productores, la Alcaldía de San Benito implementa talleres y capacitaciones con el fin de brindar asistencia a los trabajadores del durazno. A pesar de ello, el nivel municipal aún no realiza inversiones en infraestructura ni materiales, debido a la cantidad de productores, informa Vidal.



MANCHA URBANA AVANZA SOBRE LA GRAN MANZANA DE BOLIVIA

El crecimiento de la mancha urbana en el municipio de Vinto ha puesto en riesgo uno de los símbolos más representativos con el que cuenta aquella jurisdicción: la manzana camuesa. Del mismo modo, el envejecimiento de las plantas y la falta de renovación por nuevos plantines han agravado la situación.

Debido a ello, autoridades municipales han impulsado una ley que pretende dotar a los hogares de los vecinos con al menos dos plantas de manzana camuesa por año, según informa el responsable de Desarrollo Productivo de Vinto, Jimmy Hermosilla López.

Actualmente, la normativa se encuentra en fase de reglamentación. “La ley contempla la siembra por año de dos platines de manzana camuesa en la zona urbana. Estamos tratando de hacer la reglamentación para que luego nos aprueben los recursos y poder implementar el vivero y ya poder empezar a trabajar”, precisa López.

El municipio no cuenta con datos concretos sobre la cantidad de productores de manzana que trabajan en los distritos. Tampoco puede calcular la cantidad producida. Sin embargo, destaca que la producción es principalmente familiar.

No obstante, se identifican dos grandes productores que poseen al menos cien plantas. A pesar de las limitaciones el municipio busca financiamiento para apoyar a sus productores locales.



CON TUNA Y MANZANA

El valle alto avanza en la producción experimental

El valle alto de Cochabamba es reconocido a nivel nacional como una región productora de duraznos. Sin embargo, durante los últimos años, varios municipios que conforman la Mancomunidad de aquella zona cochabambina han comenzado a implementar producciones alternativas y experimentales a nivel frutícola, como la uva y la manzana.

Estos municipios presentan problemáticas similares a los identificados en el trópico, relacionadas a la asistencia técnica.

San Benito, Arbieto, Cliza y Tarata son los municipios que se destacan por la producción de duraznos en el departamento de Cochabamba.

Sin embargo, la región también cuenta con municipios productores de tuna, como Tacachi, Cuchumuela y Villa Rivero.

Manzanas

Del mismo modo, el área rural de Punata se encuentra experimentando con la implementación de manzanas en sus cultivos, según da a conocer el gerente de la Mancomunidad del Valle Alto, Franolic Huanca.

La producción generada en esta región del departamento se destina, por ahora, al consumo local, además de otros departamentos vecinos, como La Paz y Santa Cruz. Sin embargo, se pretende potenciar la producción hasta adquirir niveles de exportación.

“En cuestión de durazno, manzana, la tuna, actualmente nuestro mercado es más local. Aún no hemos tenido la posibilidad de tener exportación tomando en cuenta (que) hay bastante demanda del mercado interno”, dice Huanca.

A pesar de la dinámica y el movimiento económico que genera el durazno, la Mancomunidad del Valle Alto no cuenta con datos precisos sobre la cantidad de productores que operan en toda la región. Sin embargo, según estimaciones, se calcula que 80 productores se hallan inscritos en el municipio de Arbieto, y otros 70 en San Benito, principales referentes.

Las autoridades municipales pretenden fortalecer a los productores mediante la asistencia técnica para generar productos de calidad. "Nuestros productores, inicialmente los gobiernos municipales que han incursionado en el tema de la producción frutícola, inclusive algunos municipios, ya han contratado técnicos para poder tener una buena producción”, dice Huanca.

Financiamiento

Del mismo modo, el financiamiento y la dotación de plantines para el trabajo de los productores, acompañados de supervisión en la siembra, la plantación y el riego, son las tareas de seguimiento y apoyo que brindan los gobiernos municipales.

Para Huanca, el comportamiento de los emprendimientos privados es “positivo”, por lo que las hectáreas de producción continúan ampliándose en diferentes municipios de la región.

Del mismo modo, Huanca valora la presencia constante del Estado, a través de la inversión de los gobiernos municipales que inyectan recursos al valle alto.

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