lunes, 9 de abril de 2018

Certifican a unidades productivas ecológicas de la nación Yampara



La Unidad de Coordinación del Consejo Nacional de Producción Agroecológica (UC-CNAPE) este año certificó a más de 200 unidades productivas ecológicas del Sistema Participativo de Garantías (SPG) Tarabuco que actualmente trabajan con seis ayllus y cuatro sindicatos con producción y transformación de productos agroecológicos de la nación Yampara.

El SPG Tarabuco es una certificadora local autorizada por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) para los ámbitos de recolección, producción, transformación y comercialización.

En una primera etapa, realizada en 2017, se certificó a 86 unidades productivas. En 2018 la cifra subió a más de 200 unidades productivas ecológicas, explica a CAPITALES el curaca mayor de la nación Yampara y representante legal del SPG Tarabuco, Julián Champi Llajsa, quien informa también que el certificado debe ser renovado todos los años.

Desde hace más de dos años

El representante legal del SPG Tarabuco dice que el trabajo con producción y transformación de productos agroecológicos se realiza desde hace más de dos años.

Según Champi, son iniciativas propias de los pueblos indígenas originarios con el apoyo del Consejo Nacional de Producción Ecológica (CNAPE).

Por su lado, el técnico regional de la UC-CNAPE, Guido Zambrana, manifiesta que el CNAPE se crea en respeto a la disposición de la Ley 3525 de Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria y Forestal No Maderable Ecológica, como una instancia desconcentrada del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), para apoyar la promoción, regulación y fortalecimiento de la producción ecológica en el país.

Según la Ley 3525, la producción comprende todos los conocimientos ancestrales y la diversidad, es decir que se debe trabajar con todo lo que produce la zona, cumpliendo las dimensiones agroecológicas y los principios tecnológico, productivo, social, cultural, ambiental, económico y político.

Por ejemplo con la producción temporal diversificada, horticultura, fruticultura (desde hace varios años experimentaron con frutales para ver cuáles eran los que mejor se adaptaban a la altura, resultando la manzana, tumbo, durazno y frutilla). “Hasta ahora seguimos experimentando”, dice Zambrana.

Allí también se produce papa, trigo, cebada, quinua, tarwi, amaranto, maíz, linaza, habas, arvejas, papalisa, oca e isaño.

Además, las unidades cuentan con cuatro plantas transformadoras de productos, donde elaboran galletas fortificadas a base de quinua, amaranto, hongo de pino, avena y trigo fortificado.

“También hacemos pito, pelado y aplastado de cereales, harina fortificada, deshidratación de hongos comestibles. Son más de diez productos transformados, de los cuales pronto saldrán sus registros con sello ecológico para ofrecer al mercado”, anuncia Champi.

Por otra parte, indica que toda la información sobre el trabajo que desarrollan actualmente está siendo sistematizada para saber con detalle sobre todo el volumen, superficie y cantidad de productos que tienen para ofrecer al mercado. Este trabajo estará listo dentro de aproximadamente un mes, anuncia él.

Hongos y árboles de pino

Entre los seis ayllus y cuatro sindicatos se estima que tienen aproximadamente 1.000 hectáreas cultivadas, sin tomar en cuenta la producción de hongos forestales que se cultivan en los cerros junto con los árboles de pinos, en una interesante simbiosis entre ambas especies vegetales.

De acuerdo con la Ley 3525, los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) Tarabuco están formados por productores, instituciones y consumidores.

“Estos tres sectores son las máximas autoridades que facilitan y controlan que la producción sea realmente ecológica. Por cada diez unidades productivas tenemos un evaluador”, aclara Champi.

Centro de acopio y embolsado

También anuncia que pronto contarán con un centro de acopio y embolsado de productos transformados, y señala que tienen plantas de elaboración de biofertilizantes y abonos naturales. “Estamos experimentando con todo tipo de prácticas, participamos de unos cursos propiciados por organizaciones no gubernamentales (ONG) como Veterinarios Sin Fronteras (VSF), por ejemplo. Recibimos apoyo de programa ACCESOS, CNAPE, MDRyT, VSF, Sumaj Punchay y el Gobierno Autónomo Municipal de Tarabuco”, detalla Champi.

También recibieron asistencia técnica de profesionales en el manejo de plagas, elaboración de biofertilicantes, transformación y comercialización de productos, entre otros.

Según Champi, por el momento los productos solo se promocionan en las ferias de Tarabuco y encuentros regionales. Lo importante es que tienen el sello ecológico, agrega. Otro objetivo es tener su propio mercado en Sucre.

Alimentos transgénicos

“A nivel nacional se está trabajando también para que los productos transgénicos tengan un sello obligatorio, para que así los consumidores puedan escoger si quieren alimentarse con productos sanos o dañar su salud con productos transgénicos”, finaliza Champi, refiriéndose a la polémica sobre los organismos genéticamente modificados (OGM).

Sobre estos últimos, diferentes estudiosos presentados por los agroindustriales cruceños aseguraron en los últimos años, sobre la base de investigaciones internacionales, que no es verdad que los OGM sean dañinos para la salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario